viernes, febrero 23, 2007

Las amistades peligrosas de Prodi

viernes 23 de febrero de 2007
Las amistades peligrosas de Prodi
APENAS un año ha durado la compleja coalición que formó Romano Prodi con más de una docena de partidos, cuyo único nexo en común -como se ha visto ahora- era desbancar del Gobierno a Silvio Berlusconi. La insurrección de un par de senadores comunistas ha derribado al Ejecutivo y ha sumido a Italia en una nueva tormenta política en el peor momento, con el país lleno de asuntos cruciales pendientes de resolver. Ahora se ve que la coalición no era tanto de «centro-izquierda» como se pretendió, sino una macedonia sustentada por grupos radicales. Tratar de ocultarlo bajo las palabras, no ha impedido constatar que es muy mal negocio condicionar los grandes proyectos políticos al albur de minorías estridentes. Las combinaciones como la que formó Prodi, basadas esencialmente en la aritmética, suelen ser engañosas e inestables; que un par de troskistas puedan hacer caer al Gobierno en pleno de uno de los países más importantes de Europa es todo menos razonable.
El presidente de la República, Giorgio Napolitano -él mismo ex comunista y, por tanto, en lo personal, no muy alejado de las posiciones de los que han propiciado la caída de Prodi-, no tiene muchas fórmulas a las que acudir si no desea que se tengan que celebrar elecciones anticipadas. La principal de ellas es volver a encargar a Prodi la formación de un gabinete para que éste intente recomponer la heteróclita combinación de partidos con la que ha gobernado hasta ahora. Los dos senadores rebeldes han sido ya amonestados, y es muy probable que puedan ser sustituidos por otros parlamentarios a los que se supone un mayor grado de confianza, lo que permitiría mantener la coalición un tiempo más, por lo que se ha visto hasta ahora, al menos hasta la siguiente crisis.
En efecto, la izquierda europea anda huérfana de ideas relevantes y no encuentra rumbo claro ni siquiera en el campo social, donde afortunadamente tiende a imponerse en todas partes el realismo posibilista. No es de extrañar que a Prodi le hayan atacado sus propios socios en el capítulo de la política exterior, donde las posiciones temerosas en el caso de la lucha contra el terrorismo se ven abonadas por el viejo antinorteamericanismo que resucita ahora a cuenta de los errores cometidos por Estados Unidos en la ocupación de Irak. Si el ex presidente de la Comisión Europea creía que aplacaría a los extremistas con una retirada suave de Irak (inspirada electoralmente en la que ordenó Zapatero), ya ha visto que tiene socios insaciables que después de eso querrían ver a las fuerzas norteamericanas fuera de la base de Vicenza y tal vez al país abandonando la OTAN. Para Italia sería un descrédito mayúsculo que una aplastante minoría de dos senadores lograse la retirada de los 2.000 soldados en Afganistán y el abandono de la misión de pacificación en el sur del Líbano, en la que Italia se embarcó el año pasado con el mayor entusiasmo. Como aliado militar, el país se convertiría en peor ejemplo de lo que no debe hacerse jamás.
Por su experiencia europea, sabemos que a Prodi no se le dan mal los compromisos de mínimos, y por ello es muy probable que ponga de nuevo en marcha sus capacidades para sortear las crisis, envolviéndolas en una estratégica niebla dentro de la cual acaba siendo el único capaz de moverse sin golpearse con las paredes. Pero por eso mismo, si no consigue un compromiso realista por parte de los grupúsculos en los que se tiene que apoyar, la crisis volverá a reproducirse tarde o temprano en nombre de alguna de las banderas de la izquierda con las que coqueteó en la campaña electoral. Los italianos suelen acomodarse a estas crisis diciendo que viven mejor sin gobierno que con él, una fórmula que sicológicamente está muy lejos de la «gran coalición» a la alemana, que en teoría es la única alternativa a las elecciones anticipadas en caso de que Prodi no logre reconstruir la mayoría de Gobierno. Dada la poca seriedad que han demostrado los parlamentarios díscolos, es posible que la simple amenaza de esa coalición le sirva a Prodi para reconducirlos al redil.

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