Hacia la crisis
Lorenzo Bernaldo de Quirós
9 de febrero de 2007. La economía europea ha iniciado una fase de recuperación. Si bien es pronto para determinar su duración e intensidad, sí es posible afirmar que parece sólida y general. Sin embargo, la experiencia de la última década y media muestra que las fases de auge y/o declive del ciclo económico continental coinciden con situaciones de expansión y/o estancamiento en países concretos de la UEM. En otras palabras, la presente reactivación de la economía en Eurolandia no implica que todos los estados integrados en ella se beneficien de un ciclo alcista que afecte al conjunto de la zona del euro. Este enfoque plantea cómo funcionan los mecanismos de ajuste en un área monetaria única. La incorporación al euro -efecto bajista sobre los tipos reales de interés y alcista sobre las expectativas de renta- están en el origen del boom del consumo y de la inversión privada registrado en España. Asimismo, el crecimiento de los salarios ha sido y es superior al de la productividad, pese a los inmigrantes, y desde hace años se mantiene un diferencial de inflación sustancial con el resto de la Eurozona, lo que aprecia el tipo de cambio real y resta competitividad a los bienes y servicios españoles. Finalmente, el dinamismo de la demanda interna ha creado un desequilibrio exterior que se sitúa alrededor del 9% del PIB, asociado a un brutal endeudamiento de las familias y, en menor medida, de las empresas. Ante este panorama, España experimentará sin duda alguna una crisis similar a la portuguesa. La corrección del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente obligará a una contracción del gasto interno y la restauración de la competitividad pérdida forzará a una caída de los precios y de los salarios domésticos. Cuanto más se tarden en materializar ambos efectos, mayor será el coste del ajuste en términos sociales y económicos y más tiempo se tardará en recuperar la senda del crecimiento. ¿Cuándo llegarán las vacas flacas? En economía los pronósticos son arriesgados, pero con el manual en la mano, la tormenta se desatará con toda su virulencia en 2008. ¿Cuál será el detonante? Muy probablemente, la evolución alcista de las tasas de interés. Entre tanto disfruten de la fiesta y/o prepárense para purgar la crisis.
jueves, febrero 08, 2007
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