Estatuas de sal
Santi Lucas
23 de febrero de 2007. No hay una sola ocasión en la que el Gobierno de Rodríguez Zapatero se vea apurado por las críticas de la oposición, sufra la cruda evidencia de sus errores o note la aspereza de algún sector social, y las tres son cosas habituales, que no bucee afanosamente en hemerotecas, archivos y repertorios para hurgar sobre alguna ocasión pretérita, aunque sea remota y extravagante, en la que los dirigentes del Partido Popular, o aquellos grupos que les incomodan, hicieran o dijeran algo que se pueda retorcer hasta que parezca semejante o más grave incluso que lo que a ellos se les reprocha en ese momento.Para este fin, da lo mismo tergiversar, manipular, extrapolar, confundir, embrollar o trastocar el texto y el contexto de la cita. La clave está en sacudirse de encima con celeridad los reparos y las notas desfavorables que surgen, despejando alocadamente una y otra vez la pelota a la otra parte del campo. Es lo que se llama hacer una política de retrovisor, una política que se distrae en la admonición del pasado en lugar de asumir las responsabilidades directas e indelegables del presente y mucho menos los retos del futuro. La manoseada estrategia del PSOE tiene mucho de lance marrullero, de respuesta gazmoña y evasiva, de recurso huidizo y zascandil, de alegato comodón e insensato, y su utilidad y rendimiento son limitados.Cree el Gobierno que, antes que dar la cara ante la opinión pública y admitir alguna insolvencia, siempre se puede encontrar un roto para un descosido, y que no hay mejor defensa ante las puyas del adversario y el desaire de los ciudadanos que enfrentarles a su pasado o ponerles ante el borrón de un primo o un vecino detestables. Los fieles, aliviados con el recurso dialéctico que les brinda el aparato, corean el "y tú más" con mucha devoción y entusiasmo. Hay, no obstante, un amplio margen de gente que no se recrea en esta triquiñuela, que atiende y evalúa sobre las maniobras de distracción y despeja la eficacia oficial ante sus problemas actuales, y que tampoco secunda ninguna estéril competición de culpas.De tanto mirar hacia atrás, los socialistas se están convirtiendo a marchas forzadas, como le sucedió a la mujer de Lot, en auténticas estatuas de sal.
viernes, febrero 23, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario