¡A las trincheras la ciudadanía!: llega de nuevo el cartel electoral
Ely del Valle
LA VIÑETA DE ENIO
Cartelería fina.
Y es que aunque se empeñen en decirnos que los que se cuelgan en estas fechas son informativos, no cuela: nadie en su sano juicio enseñaría esa foto en público si no esperase algo a cambio.
21 de febrero de 2007. Lo que me extraña es que a estas alturas nadie haya tenido la idea de encabezar un movimiento cívico en contra de ese espantoso rito de empapelar las ciudades como si fueran el cuarto de una quinceañera. Una cruz, oigan. El asunto tendría un pase si el que se presentase a las elecciones fuese el novio de la Obregón, pero es bien sabido que, por lo general, entre el político de pago se cultiva más el entrecejo poblado que el torso macizo. Me dirán ustedes que de qué sirve que los alcaldes se esfuercen en dejar su municipio como el escaparate de casa Decor, si en cuanto se empieza a sentir el olor a urna, los comités electorales se empeñan en noquearnos las pupilas con el retrato de un montón de candidatos que listos serán muy listos, pero fotogénicos no tienen por qué. Ya va siendo hora de que alguien les explique que la visión de estos fotomatones king size disuade al votante, asusta a los niños y perturba la actividad cerebral del ciudadano medio, que encima tiene que interpretar el lema electoral que la acompaña. Porque ésa es otra: toda campaña electoral que se precie va a acompañada de una frase de elevado contenido intelectual tipo "Ahora, sí", "Dicho y hecho" o "Vamos a más" que es que la lees y te quedas con una cara de idiota que quita el hipo. Los creativos de las campañas electorales deberían aprender de sus colegas los de los detergentes, que esos sí que hacen eslóganes en condiciones: "Busque, compare y si encuentra algo mejor, vótelo". Ahí esta: mensaje directo y claro. Pero no: venga a quemarse las cejas buscando una frase impactante para que luego resulte que el copyright lo tenga Álvarez del Manzano, sin ir más lejos. Y encima querrán cobrar...No señores, no. Ha llegado el momento de apostar por la innovación y la tecnología punta: abolamos los caducos carteles, hagamos desaparecer los mítines, que no tienen rentabilidad alguna porque, a la hora de la verdad todos los que van ya están convencidos; pasemos de los debates televisados del "y yo más" (o el "tú más", dependiendo de si se atizan con la promesas por cumplir o con las incumplidas) y optemos por la innovación: ¡incluyamos el polígrafo en los programas de entrevistas políticas!Eso sí que sería un campañón. Ya puede ir Carod dando la nota en plan agente del Círculo de Lectores endosándoles su utilísimo diccionario de sánscrito- catalán a los hindús, que como hubiera un solo candidato que tuviera las narices de someterse a la prueba, no iba a oler un titular en meses. Sin embargo, me temo que no están por la labor y prefieren las viejas costumbres, así que vayan preparándose porque en cualquier momento pueden despertar con el cabezón de dos metros de un candidato sonriéndole desde la fachada de enfrente como si le conociese de toda la vida.
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