El cordón sanitario del PSOE alcanza a los medios de comunicación
Ely del Valle
LA VIÑETA DE ENIO
Pregunta sin respuesta.
A lo largo de mi carrera he pasado por la Cadena SER, Radio Nacional, Antena 3 y Telecinco y puedo asegurar que nunca me he encontrado con una situación como la que ahora vivo en Telemadrid.
7 de febrero de 2007. Desde hace seis años soy responsable de El círculo a primera hora en Telemadrid. En casi mil doscientos programas he entrevistado a personajes políticos de todos los colores: a los que gobiernan y a la oposición; a alcaldes, ministros, consejeros, secretarios generales y de Estado, concejales, presidentes autonómicos y aspirantes a serlo, directores de periódicos, sindicalistas, padres de la Constitución, nacionalistas y ex presidentes del Gobierno. Por el programa han pasado Ansón y Cebrián; Rajoy y Zapatero; Fidalgo y Cuevas; Sebastián y Gallardón; Anasagasti y Fraga; Cándido Méndez y Pío Moa... Todos ellos saben que han podido hablar con absoluta libertad y no son pocos los que han manifestado públicamente su satisfacción por tener un espacio en el que exponer sus ideas ante periodistas procedentes de medios tan variados como El País, La Razón, la COPE, El Mundo o la Cadena SER. Ahora, el PSOE ha decidido hacer un boicot negándose a participar en cualquier programa de Telemadrid, que a la postre se reduce a los tres que dedican todo o parte de su tiempo a las entrevistas: Diario de la Noche, Madrid Opina y El Círculo a Primera Hora. La medida, por lo visto, consiste en quejarse de una presunta falta de pluralidad prohibiendo a sus cargos que hablen para después poder denunciar que los demás chupan más cámara. Muy democrático, si señor. Imagino a todos los alcaldes del PSOE a los que su partido está privando de media hora de televisión en plena precampaña electoral -y a los que, dicho sea de paso, se les va a seguir invitando-, dando vivas al padre de semejante ocurrencia. Creo firmemente que cada cual es libre de hacer lo que quiera; ahora bien, tengo serias dudas de que los representantes de las instituciones del Estado puedan sumarse a esta clase de juego amparándose en su filiación política. Un secretario de organización o un portavoz parlamentario está en su derecho a crear su propio cordón sanitario alrededor del medio de comunicación que mejor le parezca: un presidente del Senado o un ministro de Exteriores, por poner algún ejemplo, no debería de secundarlo ya que no representan a su partido sino a todos los españoles.No me gusta lo que está haciendo el PSOE. Si realmente están convencidos de que hay manipulación en Telemadrid, que vayan de frente y que comparen tiempos y presencias con los de las televisiones de las autonomías en las que gobiernan, aunque no tengo la seguridad de que la comparación les beneficie; pero si su sentido de la pluralidad consiste en arremeter indiscriminadamente contra todos los profesionales que trabajan en un medio, incluidos los que proceden de otros supuestamente afines, el tiro les puede salir por la culata. Por lo que respecta a El Círculo a Primera Hora, sus puertas siguen abiertas, como lo han estado siempre, a todos los cargos, nacionales o no, del PSOE, incluyendo al Sr. Rafael Simancas, que por cierto, ha pasado por el programa veinticinco veces, frente a las veintidós de Esperanza Aguirre.
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