Miguel Angel Loma, Genealogia de la realidad nacional andaluza

sabado 15 de marzo de 2008
Genealogía de la realidad nacional andaluza
Miguel Angel Loma


P OCO antes de las Elecciones, en el macromitin electoral del PSOE celebrado en Dos Hermanas (Sevilla), feudo y bastión del socialismo andaluz, Manuel Chaves pidió la victoria para su partido, entre otros motivos, «porque se lo debemos a nuestros padres, porque ellos lo habían pasado muy mal». Un razonamiento sumamente emotivo, sobre todo pensando en el padre del señor Chaves (que de socialista tenía aproximadamente lo mismo que Franco), y que es fruto de una profunda reflexión: como nuestros padres y abuelos lo pasaron muy mal, votadnos a nosotros que alguna experiencia tenemos en eso de pasarlo bien. Altruista pensamiento donde los haya.

Pero, en cualquier caso, la alusión de Chaves sobre los abuelos es justa, porque son los auténticos sufridores de nuestra sociedad. Y al hilo de esto, digo yo que, si gracias al nuevo Estatuto Andaluz, refrendado por la apabulladora mayoría de uno de cada tres andaluces, nos hemos convertido en una realidad nacional que ya cuenta con un padre de la patria, y con hijos predilectos que nos nacen cada 28 de febrero, ¿por qué no seguir trepando por el árbol genealógico y dotarnos de un abuelete de nuestra gloriosa realidad nacional? Y, tras revalidar de nuevo su mayoría absoluta, ¿quién mejor para ocupar tan privilegiado puesto que Manuel Chaves? ¿Quién lleva más años velando por nuestra educación, desarrollo, modernización, industrialización y, en definitiva, por el avance imparable de Andalucía que nos ha colocado en los primeros puestos de las comunidades occidentales?

Desde aquí lanzo la campaña: «Chaves for andalusian country's grandfather!» (lo pido en inglés para que los niños y niñas andaluces, especialmente los de la escuela pública, me entiendan mejor, dado el nivelazo idiomático que se gastan gracias a la exitosa política educativa de la Junta). Quedaría pendiente lo de buscarnos también una madre de la patria andaluza, orfandad inexplicable con un Gobierno tan paritario y feminista como el que disfrutamos, pero todo se andará; que una realidad nacional tampoco se construye de la noche a la mañana.

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