jueves 27 de marzo de 2008
Sobre Europa indefensa
POR DARÍO VALCÁRCEL
ESTAMOS todavía lejos de una defensa europea. Pero es cierto que se han dado pasos en estos años, sigilosamente: por ejemplo, la creación de un estado mayor militar de la UE para la gestión de crisis, con una célula civil-militar incorporada. Sin esa base defensiva, el ideal de una Europa independiente seguirá siendo eso, un ideal, lejos de la cruda realidad. En Bruselas trabaja desde 1999 un equipo más bien pequeño, dirigido con formidable tenacidad por Javier Solana. Gentes curtidas que, tras la firma del nuevo Tratado de Lisboa, podrán alcanzar quizás un estatuto superior.
Hay un europeísmo transversal, que recorre el 80 por cien del arco político, conservadores y socialistas incluidos. Esos europeos creen que nada avanzará sin una defensa común. El derecho comunitario, la moneda o la cohesión deben ser protegidos por una política de defensa que garantice el cumplimiento de los tratados.
La lenta evolución desde los ejércitos nacionales hacia ese acuerdo trasnacional necesitará decisiones urgentes. Cómo podrá avanzar, con qué limites y qué contenidos es lo que se trata de saber. Por lo pronto, la Política Europea de Seguridad ha logrado enviar algunos contingentes a Bosnia y Congo, pasando por Indonesia o Afganistán.
Hoy se reúnen en Londres el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown. La visita de Estado acabará con una gran recepción en el palacio de Buckingham. Francia y Reino Unido son los dos únicos estados europeos con fuerza nuclear. La force de frappe, anterior al regreso de De Gaulle, 1958, es independiente; no así la británica, extensión de la americana. Sarkozy acaba de visitar la base francesa de submarinos nucleares en Cherburgo. Hizo allí su primer discurso sobre la defensa, al presentar el nuevo sumergible, Le Terrible, capaz de disparar 32 cabezas atómicas. El presidente defendió el principio de la disuasión, «seguro de vida de la nación». Precisaría luego la doctrina de la respuesta del pequeño al grande: «Todo el que amenace nuestros intereses vitales se expondrá a una respuesta nuclear severa, con daños inaceptables para el atacante». Francia dispone de un mecanismo de advertencia nuclear capaz de privar a un adversario de su cielo electrónico, anulando su red de internet y de telefonía móvil durante meses.
Cómo evolucione esa fuerza, hoy estrictamente francesa, es un problema que seguiremos. Hoy conviene insistir en la aspiración de Francia de establecer un acuerdo con Reino Unido para relanzar la Política Europea de Seguridad antes de 2009 (Francia preside la UE entre julio y diciembre de este año). El proyecto pasa por varias condiciones. Sarkozy propone volver a la estructura militar de la OTAN, siempre que se den contrapartidas: en satélites militares, hoy necesarios para sus submarinos; en aumento de los presupuestos de Defensa, pactados, cifrados y aceptados por los parlamentos de los 27 estados; y sobre todo en la puesta en marcha de ese cuartel general operativo de las fuerzas europeas encargadas de gestionar crisis. Hasta ahora Reino Unido se ha opuesto a la creación de ese estado mayor. Sin embargo, todos coinciden en el principio: las crisis confiadas a la UE deberían conducirse desde un centro operativo propio, capaz de dirigir al personal civil, policial, judicial o sanitario movilizado en cada caso. Quizás el viaje de Sarkozy a Londres fuerce a los británicos a volver sobre el problema, viejo ya de 60 años. No hablamos del ejército europeo, que quizá no vea la luz en este siglo, sino de la relación militar francobritánica. Que el encuentro Sarkozy-Brown trate de las subprime no impedirá que se centre, con toda reserva, en la defensa, diez años después del encuentro de Chirac y Blair en Saint-Malo.
De dónde venga la necesidad de la Europa contemporánea de ser defendida por otros es algo que desconocemos. Posiblemente se relacione con grandes pueblos, en trance de desaparecer hacia 1945, como Alemania, literalmente anihilada. En los años 1950 la extenuante presión de la Unión Soviética sobre una Europa empobrecida creó los peores hábitos. Polonia y todo el este europeo fueron sometidos a silencio y tortura durante 40 años. La historia vuelve y vuelve. Sobre ese retorno se formó en la India la secta sij, hacia 1460. La memoria no debe destruirnos, sino darnos vida, tal era el centro del mensaje.
http://www.abc.es/20080327/opinion-firmas/sobre-europa-indefensa_200803270259.html
jueves, marzo 27, 2008
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