miercoles 6 de febrero de 2008
Adiós a la confianza
Pablo Sebastián
Los españoles han perdido la confianza en sus políticos y en la economía, y si son conscientes de lo que se viene encima para la próxima legislatura su temor sería todavía más fundado, porque todo apunta a que ni el PSOE ni el PP van a obtener una mayoría suficiente para gobernar, y otra vez serán los nacionalistas quienes tengan la llave del palacio de la Moncloa lo que, en las actuales circunstancias, será motivo de mayor preocupación y de crisis de estabilidad. Aunque falta por ver cómo reaccionan la burguesía vasca y la catalana, donde reside el núcleo duro del nacionalismo independentista, ante la crisis económica, a la que, para colmo, se añade el problema de la sequía que empieza a causar estragos en Cataluña.
De momento, la Bolsa ha vuelto a encajar bastante mal la noticia que habla de la pérdida de confianza de los ciudadanos en la economía, lo que reduce el gasto y la inversión y, en consecuencia, ralentiza la economía mientras suben el paro y la inflación. Y todo esto ocurre sin que el Gobierno del PSOE sea capaz de poner en marcha un plan urgente de medidas económicas para no alertar, con ello, a los votantes y no tener que reconocer que las cosas van mal y pueden ir a mucho peor, de la desaceleración a la recesión. Tanto el vicepresidente Solbes como el presidente Zapatero están bloqueados y llevan más de seis meses sin reaccionar diciendo que estamos ante ajustes de coyuntura y, en consecuencia, sin coger el toro por los cuernos ni decir la verdad.
El PP denuncia la crisis económica pero todavía no ha terminado por abrir su programa electoral y las medidas de choque con las que los populares han prometido hacer frente a la crisis económica si consiguen el poder. Y hasta el momento se han limitado a presentar su equipo económico, en el que Pizarro aparece como el líder de su posible gestión, avalado por su fama de fajador y emprendedor en momentos de tensión empresarial, y es de suponer que económica y financiera.
Pero si cabe imaginar que, ante la parálisis económica del Gobierno, el PP parece mejor dotado para hacer frente a la crisis, los de Rajoy no ofrecen, en el campo de la política, un equipo de confianza y renovación sino caras que están más cerca del pasado que del futuro, lo que impide que muchos de los votantes se atrevan a dar un salto electoral, porque en el PP lo que falla es la confianza política y el liderazgo. Algo de lo que tampoco está sobrado el PSOE, visto el desgaste y deterioro de Zapatero y de su más que inexistente Gobierno, que ha desaparecido de la campaña electoral, que, por lo que se ve en los carteles, está solamente basada en la figura del líder.
De ahí que la palabra confianza se va a convertir, de aquí a la jornada del 9 de marzo, en el objetivo de las respectivas campañas electorales del PSOE y del PP. Los socialistas ya habían detectado este problema en relación con la desconfianza que produce Zapatero, pero ahora tienen que abordar, también, la desconfianza económica. Mientras que para el PP el primero de sus problemas consiste en convencer a los electores de que ellos confían, de verdad, en sus posibilidades de victoria, lo que está por ver, y lo que, hasta el momento, no ha revelado ninguna de las encuestas electorales. Y ¿quién se puede beneficiar de la desconfianza general? Sin duda la abstención, que reunirá a los ciudadanos del desencanto, salvo que de aquí a las elecciones se produzcan acontecimientos que abran un camino de esperanza y permita un destello de confianza y de ilusión.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=06/02/2008&name=manantial
miércoles, febrero 06, 2008
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