lunes, febrero 04, 2008

Jose Javaloyes, Terroristas inocentes

lunes 4 de febrero de 2008
Terroristas inocentes

José Javaloyes
Mientras la guerra de Darfur parece haber contagiado al Chad, con una rebelión militar que augura otra lucha por el petróleo, crece la cuenta de las víctimas mortales ocasionadas por los dos atentados suicidas en sendos mercados de Bagdad durante la mañana del pasado viernes.
Se ha sabido que los autores materiales de ambas actuaciones terroristas eran dos pobres mujeres afectadas de deficiencia mental; deficiencia necesariamente muy severa: con mínima consciencia y albedrío mínimo. Lo suficiente para recibir la orden y ejecutar la instrucción, simplísima, de apretar un botón o tirar de una anilla. Para que así estallaran la cargas adosadas a sus respectivos cuerpos.

La monstruosidad de emplear a criaturas así resulta doblemente obvia, porque monstruoso es todo acto terrorista de tales características y monstruoso es también valerse para ello de dos muchachas subnormales. Lo que resulta menos obvio son los motivos por los cuales los terroristas han recurrido a este procedimiento para realizar su crimen contra víctimas tan clamorosamente inocentes como las madres que acuden con sus niños, el día santo musulmán, para intercambiar pájaros y otras mascotas domésticas. Todos eran inocentes hasta el clamor, las víctimas y las causantes de las muertes.

Posiblemente era ésa la única manera de introducir las bombas en un ámbito protegido como el espacio de los mercados, con barreras de hormigón para que no puedan entrar en ellos automóviles conducidos por terroristas. Probablemente, la recluta de personas subnormales les venga dada, lo mismo que la naturaleza no “bélica” de tales operaciones, por el hecho de que las distintas técnicas y estrategias de prevención finalmente empleadas tanto por el Ejército norteamericano como por las fuerzas de seguridad iraquíes, han mermado críticamente la operatividad de ese tipo de “resistencia”.

Los hombres bomba llegados a lo largo de los meses hasta Iraq, cuando eran otras las condiciones iraquíes de vulnerabilidad, ya alcanzaron una situación que cabría definir como de “paro virtual”, por falta de condiciones para actuar. Iraq se ha reducido como horizonte para la yihad o supuesta guerra de santa, a la que se aplican estos terroristas crecidos como tales por las mezquitas de todo el mundo donde puedan existir núcleos doctrinales de radicalismo islámico. La fanatización de los creyentes lleva a éstos a la busca de otros ámbitos que los iraquíes, a donde afluyeron con abundancia desde muy distintos puntos del mundo islámico.

Estamos ahora en el momento del reflujo de los suicidas y en la ejecución de tareas alternativas, fuera de Asia, por el norte de África (lo que explica ataques como los de Argelia y Mauritania) y por Europa, donde se sitúan los frustrados atentados en Barcelona —a cargo de indostánicos apoyados en musulmanes que llevan ya cierto tiempo afincados en España—, y los que se preparaban para Portugal, Gran Bretaña y Alemania.

Se ha sabido ahora que fue la francesa DGSE (la Dirección General de la Seguridad Exterior) quien alertó al CNI (Centro Nacional de Inteligencia) de lo que se tramaba por la célula desarticulada en Barcelona, contra las referidas naciones europeas. Las alarmas saltaron cuando, desde los dispositivos de vigilancia montados y por los datos aportados por un confidente, se supo que el plan entraba en fase operativa, para la inmediata ejecución de tres atentados en Barcelona. Al verificarse que los terroristas habían arrojado a un contenedor de basura de cantidades sobrantes en el montaje de las bombas.

Esos “mujaidines” refluidos, posiblemente de Iraq y Pakistán, confirman el referido cambio de situación en aquella zona asiática y lo fundado del temor a que el terrorismo islámico se solape aquí con el etarra, cuya sospechada participación en el 11-M no se probó, pero cuya inocencia está por demostrar. Lo mismo que la autoría intelectual de aquella masacre que hizo cambiar de ejes la política española.

Para terroristas inocentes, sólo las dos mujeres del viernes de sangre en Bagdad.


jose@javaloyes.net

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=04/02/2008&name=javaloyes

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