lunes 3 de noviembre de 2007
Una foto para no olvidar
Ya tenemos encima de la mesa la sangre que ETA deseaba. Cuando se escriben estas líneas, a escasos kilómetros de la frontera con España, otro hombre se mantiene en muerte clínica. Este es el resultado de un atentado muy singular que nadie esperaba. Se contaba con un atentado en cualquier lugar de España, pero no en Francia, donde las tareas conjuntas de ambas policías se han incrementado en los últimos meses, hasta el punto de que en uno de los últimos documentos incautado a los terroristas estos daban instrucciones precisas sobre la alerta ante posibles seguimientos. No será difícil poner nombres y apellidos a los asesinos. Han dejado muchas huellas.
ETA ha irrumpido en un fin de semana plagado de acontecimientos. Si no es por ETA, Íñigo Urkullu hubiera ocupado mucho más espacio. No en vano, y de acuerdo con el guión previsto, ha salido elegido por unanimidad para ocupar la vacante de Josu Jon Imaz. Con Urkullu, el PNV vuelve a las formas con las que se siente más identificado. Imaz, además de querer modernizar el discurso, rompió moldes. No acaba de gustar en este partido que su presidente se convierta en un referente de la política nacional y mucho menos que se le quiera tanto como se le ha querido a Imaz. Urkullu es también un hombre joven, amable, tímido y discreto que ha crecido en el partido y conoce como nadie la trastienda de su compleja formación política.
Urkullu es garantía de unidad. No escucharemos de él nada que se salga de lo habitual. No dará pie a que veamos en él sombra alguna de Imaz, pero mucho menos se parece a Azalluz. Por unanimidad salió elegido y así también el PNV apoya, sin fisuras, al lendakari Ibarretxe, que hoy se encuentra más cómodo que hace ocho meses. Hoy hay menos dudas de que, salvo acontecimientos que superen a todos, el lendakari convocará su consulta. Ayer hubo palabras de agradecimiento a Imaz. Todos le aplaudieron, todos menos, según algunos, Egibar, que ahora ya se lanza de lleno a copar el máximo poder posible en las potentes organizaciones regionales cuya renovación culmina en cuestión de semanas.
Los nacionalistas del PNV han dirimido sus cuestiones internas. En vísperas de ello está Eusko Alkartasuna, que el día 15 tendrá que elegir al sucesor de Begoña Errazti. La polémica en EA no es de índole política. La ponencia en la que el partido se declara abiertamente independentista no ofrece problema. La duda metódica de EA es decidir qué grado de «amistad» hay qua mantener con el PNV. Para las municipales ganó la tesis del «perfil propio» que ahora es la que defiende Joseba Azkárraga, pero la coyuntura ha cambiado.
Seguir juntos
Además de todo, ETA ha paralizado el frenesí electoral. La foto del sábado en el Congreso es para no olvidar y, desde luego, para no romper. PSOE y PP no tienen derecho a romper el ensueño. Tienen la obligación de seguir juntos sobre todo en momentos de seria preocupación para el Gobierno, para las Fuerzas de Seguridad y de muchos, muchísimos ciudadanos que más allá de las discrepancias, necesitan, exigen el bálsamo que supone el ver a los dos grandes partidos unidos, aunque sea en planteamientos de mínimos.
La Guardia Civil y, por supuesto, la Policia son acreedores de nuestra máxima confianza, pero el riesgo cero no existe y la seguridad absoluta es imposible y ETA va a seguir buscando la sangre por ellos deseada. PSOE y PP son objetivos de los terroristas. Nunca han dejado de serlo y más vale que ahora se den la mano antes de que ETA les obligue a abrazarse bajo el impacto del pésame.
http://www.abc.es/20071203/opinion-firmas/foto-para-olvidar_200712030258.html
domingo, diciembre 02, 2007
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