viernes, diciembre 14, 2007

Ignacio San Miguel, If... de inconformista

viernes 14 de diciembre de 2007
If… del inconformista
Ignacio San Miguel
S I no acaban de convencerte muchas cosas que se dan por supuestas. Si, por ejemplo, no crees que la izquierda defienda a los pobres y la derecha a los ricos. Si no crees que las dictaduras de derecha sean peores que las de izquierda, sino al revés. Si piensas que Stalin fue el mayor genocida de la historia de la Humanidad. Si crees que los mayores y más horribles crímenes los ha cometido la izquierda. Si, en tu consideración, Franco, comparado con Pol Pot, era un distinguido caballero notable por su bondad… Si crees que la civilización occidental debe ser defendida de sus enemigos externos e internos, pues se trata de la civilización por antonomasia. Si ves al progre como lo que es: un quintacolumnista enemigo de Occidente, fomentador de todas sus lacras y afecto al islamismo radical. Si eres enemigo del aborto y del homosexualismo, así como de otras costumbres mórbidas y debilitadoras. Si aborreces el radicalismo islámico… Si te niegas a odiar a los americanos sin saber por qué, y a los judíos sin saber por qué; pues puedes comprobar que casi nadie sabe darte razón coherente o convincente de su antiamericanismo y su antijudaísmo. Como otras fobias, han sido inducidas aprovechando la natural agresividad que parece existir en el hombre, su tendencia a buscar un chivo expiatorio para todos los males que le afligen y el dualismo (blanco y negro, buenos y malos) de su pensamiento. Si buscas razones válidas y no tortuosas teorías… Si te ocupas de política lo suficiente como para percibir las consecuencias de las disposiciones que se toman y en modo alguno piensas que estamos gobernados por personas cualificadas, ni que las resoluciones adoptadas en el Parlamento referentes a la moral te obligan moralmente. Si admites la nefasta posibilidad de que lleguen al Poder personas de desviadas tendencias e ideas descabelladas y destructivas, pues realmente sólo así pueden entenderse las forzadas y artificiales legislaciones sobre homosexualidad, Estatutos, memoria histórica, política exterior, etc., que no responden a ninguna demanda social y sí al capricho de los gobernantes. Si así lo comprendes y lo asumes como un hecho y le das el valor correspondiente… Si no estás dispuesto a que tus hijos sean adoctrinados y conducidos por caminos errados de relativismo y desnaturalización por medio de una asignatura, Educación para la Ciudadanía, sin parangón en el mundo libre… Si tampoco acaba de convencerte el comportamiento de una Iglesia que parece haber abandonado su doctrina porque no la predica. La jerarquía ya ha mencionado varias veces la “apostasía silenciosa”. Y sería un grave error pensar que se refieren a los laicos. No. Se refieren a ellos mismos. Tú lo habrás comprendido así. Quizás menos te haya convencido el comportamiento de la Iglesia vasca, que después de cuarenta años pide escuetamente perdón por su frialdad y distanciamiento de las víctimas del terrorismo, a través del obispo de Bilbao y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Blázquez. Porque esa petición de perdón, si bien la miramos, tiene muy poca sustancia. Nos encontramos con una institución que dice predicar la religión del amor. La religión católica es la religión del amor, dicen los curas. Tanto es así, que han olvidado el resto del Decálogo. Bien, y durante cuarenta años la Iglesia vasca (para referirnos en exclusiva a ella) ha predicado el amor a Dios y al prójimo, y el perdón, haciendo hincapié en este último de manera significativa. Pero durante esos cuarenta años esa Iglesia no ha manifestado amor hacia las víctimas del terrorismo, sino frialdad y distanciamiento. Es decir, la entidad religiosa que predica el amor una y otra vez, hasta llegar a resultar estomagante; la entidad religiosa en la que lógicamente las víctimas esperaban encontrar acogida, comprensión y amparo, no se ha comportado amorosamente como era lógico esperar, sino fría y distante, con quienes más necesitaban amor. Y no es que lo digan las víctimas. La petición de perdón de monseñor Blázquez supone un reconocimiento de su falta. Pero esa petición de perdón puede que sea correcta, y no hay nada que objetar; pero no va seguida de ninguna explicación. Blázquez no dijo por qué las cosas habían sido así, y por qué la Iglesia cayó en tan flagrante contradicción. Porque ya sabemos que no es lo mismo predicar que repartir trigo, pero era lógico esperar de la Iglesia un comportamiento que no exigiera se le aplicara ese crudo refrán. ¿Qué ocurrió? No lo dijo Blázquez ni lo dirá. Porque pedir perdón resulta bonito en la Iglesia desde hace unos años, y hasta sale engrandecida con esa aparente humildad; pero decir la verdad, la auténtica verdad, sobre sí misma, eso ya resulta más difícil, más trabajoso, más penoso. Si así lo comprendes, y no te conformas con cuatro palabras amables y borrón y cuenta nueva… Si tampoco ves en el aparato de la Justicia nada respetable ni admirable, como se ha comprobado por enésima vez en el tan esperado juicio del 11-M, cuya consecuencia más prominente ha sido la promoción de un libro escrito por la esposa del Juez Gómez Bermúdez, quien colaboró en el mismo si es que no lo escribió del principio al final; y absolutamente nada se sabe de quién ideó y preparó el atentado ni de las causas del mismo… Si, en vista de las circunstancias, no ves en la realidad de las cosas motivos lejanamente suficientes para sentir respeto y veneración por los poderes temporales y espirituales de este mundo, por lo menos en España… Si tal es tu visión y tu ánimo, no deseados ni acariciados sino impuestos por lo que observas, la Tierra no será tuya, como dice Kipling en su “If…”, pero tendrás la satisfacción de considerar que eres un hombre y no un borrego.


http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4327

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