viernes 14 de diciembre de 2007
EL ANÁLISIS
El mundo, preocupado por la evolución económica y ZP regalando cheques
La inquietud por el impacto de la crisis de crédito en las economías se recrudece en Europa y Estados Unidos. ¿Y el presidente? Amarrado al PIB de este año y obsequiando dinero a espuertas.
UN PROBLEMA GRAVE
La Reserva Federal rebajó los tipos para animar el crecimiento y estimular una recuperación en la liquidez del sistema financiero.
Hace apenas unos meses, en agosto, cuando estalló la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos y todo lo que ha traído consigo en términos de desconfianza entre los bancos y de falta de liquidez y de crédito, el Gobierno de España minimizaba el asunto. Voces que se pensaban autoridades en la materia insistían en que eso de que los norteamericanos no pagaran sus hipotecas ni nos iba ni nos venía. Para vendernos mejor la historia intentaban confundirnos con la solvencia bancaria, algo de lo que ni entonces ni aún ahora se habla. Y es que no se enteran o no se quieren enterar o se enteran y nos toman por tontos. La crisis de las subprime ha colapsado a nivel mundial el flujo de crédito. Y para mal, España viene desde hace años, desde que la tasa de ahorro de los españoles es ridícula y su endeudamiento brutal, necesitando ingentes cantidades de dinero de fuera para financiar su crecimiento. Era obvio pensar que si hay falta de liquidez en el mundo y nosotros la necesitamos como el comer, las cosas se nos iban a complicar y bastante. Y asi ha sido, porque desde agosto la falta de confianza entre la banca mundial precisamente por esa crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos ha restringido el dinero circulante y el que circula lo hace a precios desorbitados. Faltaba saber -y aún es difícil de prever- el impacto real de esta crisis en las economías. Pero a la vista está que todos los organismos internacionales están revisando sus previsiones de crecimiento y que precisamente España es una de las que peor sale parada. La razón es la que he apuntado antes: hemos financiado una gran parte del crecimiento con dinero de fuera y además tenemos nuestro propio problema, que se ha visto agravado por esa crisis de crédito en el sector inmobiliario. Las empresas se las ven y se las desean para encontrar nueva financiación para sostener lo que no venden y no digamos ya los particulares para firmar hipotecas. No hay despacho de registradores o notarios que no te cuente la caída en picado de las transacciones de compraventa de inmuebles o el número de viviendas acabadas pero sin comprador o el número muy inferior de licitaciones de nuevas obras. En las últimas horas hemos conocido un acuerdo entre el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y los bancos centrales de Inglaterra, Canadá y Suiza para, coordinados, hacer frente a la crisis global de liquidez. El asunto es grave y se complica por días. Apenas un día antes la FED bajó los tipos de interés norteamericanos ante la preocupación por la moderación en el crecimiento, aunque vigilante con la inflación. El BCE unos días antes los mantuvo en la zona euro, pero en la idea de que con un 3% de inflación media habrá que subirlos, a pesar de que las economías también se desaceleran en Europa. En fin, que hay una preocupación muy especial y aquí seguimos con un Gobierno que niega la mayor, que mantiene unas previsiones de crecimiento de la economía absolutamente irreales y sin tomar ni una sola medida que intente paliar los efectos de esta crisis que ya está, pero que se presume aún más honda. En las últimas horas se ha sabido que ya las hipotecas a particulares superan el 5% de interés y que las cuotas con las últimas subidas se ha puesto en unos 1.200 euros más al año. La inflación de noviembre, la que ofrece el INE, la conoceremos el viernes y será otro mazazo, como el que nos llevamos con el adelantado. No entiendo dónde está la buena marcha de la economía española. Excepto en la gran cifra del PIB -que no todo lo que encierra en su interior es positivo-, la verdad es que para ver la vida en rosa no hay motivos. Ya se habla de 200.000 parados el año que viene y quizás más en 2009. En vez de tanto anuncio electoralista, ya podía el Gobierno dejarse de gastar y ponerse las pilas para remediar en la medida de lo posible la que se nos viene encima. Por ejemplo, gastar menos y conservar parte del supéravit fiscal que tanto nos ha costado tener y reservarlo para momentos más complicados en los que una bajada general de impuestos, con especial atención en los más desfavorecidos y en la clase media, sería necesaria para reactivar la que ya nadie duda será maltrecha economía y en no más allá de unos meses.
http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=76994&cover=053&idautor=053
viernes, diciembre 14, 2007
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