martes 16 de octubre de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
En la sala de espera del laberinto
Salvo que guarde un as en la manga, la carta que a estas alturas ya le habrá enviado el vicepresidente de la Xunta de Galicia al presidente del Gobierno central, está de antemano condenada a ser recluida en la sala de congeladores del inquilino de la Moncloa... sí, ya saben, allí donde hibernan los sueños de la nación. En cualquier caso, la misiva de Anxo Quintana a José Luis Rodríguez Zapatero es de tal importancia para todos los ciudadanos de este país que debe ser publicada: con su lectura podríamos conocer el lenguaje que el joven Quin utiliza en esta ocasión, cosa que tal vez aportaría alguna clave semántica y literaria para entender los grados de la temperatura que genera el creciente rozamiento de las relaciones entre Compostela y Madrid.
Como es más que previsible, Zapatero le contestará con muy buen talante... pero al mismo tiempo le indicará al joven Quin el asiento que debe ocupar en la interminable sala de espera del laberinto español.
Sí, es verdad que -siendo ministro de Administraciones Públicas- Jordi Sevilla le dijo que sí a casi todo al primer lanzarote de la gran coalición, incluso en algún momento sugirió la posibilidad de entreabrir puertas imprevistas e ir un poco más allá. Definitivamente, aquella cita fue una delicia. Tanto que los dos salieron encantados de la memorable reunión del día 28 de febrero de 2007 y se presentaron ante los periodistas como si hubiesen firmado la Paz de París. Incluso los arúspices del alaricano tomaron nota, registraron hasta el más mínimo detalle y grabaron, una a una, todas las palabras que Sevilla fue desgranando en la rueda de prensa posterior.
Pues bien, examinando con lupa aquellas grabaciones, es muy fácil llegar a una conclusión determinante: sí, es cierto que don Jordi se comprometió a mucho y que, con su palabra, empeñó la palabra del Gobierno central, incluido ZP, pero todo lo dejó condicionado a la realización de una serie de pasos que el propio ministro se encargó de incumplir a rajatabla.
De entrada, el ministro anunció que ambos gobiernos -el gallego y el central- tenían la "voluntad política" de proceder a los traspasos... que ahora se niegan o que, en el mejor de los casos, se aplazan sine díe. Para ello se constituiría un grupo de trabajo, una ponencia, que se reuniría por primera vez antes de que transcurriese un mes desde la celebración de la cita compartida entre Quintana y Sevilla: es decir, antes del 28 de marzo. Aquel grupo realizaría un dictamen sobre la viabilidad de los traspasos, los plazos en que se llevarían a cabo y un calendario de las reuniones que habrían de realizar las distintas ponencias técnicas. Aquel dictamen estaría en manos de ambas partes antes del inicio del verano. Septiembre, pues, sería un mes hiperactivo y a estas alturas, mediados de octubre, estaríamos en condiciones de comprobar el avance de las negociaciones. Así sucedió en Catalunya y en Euskadi, cuando el Gobierno central se comprometió a realizar transferencias a Barcelona y Gasteiz que hoy están operativas en aquellas dos comunidades autónomas. Con Galicia, sin embargo, jamás sucedió así: para empezar, ni siquiera el primer plazo establecido por Sevilla se cumplió; por tanto, el segundo jamás llegó ni siquiera a pergeñarse. De una u otra forma, Sevilla fue desautorizado y de aquella reunión del 28 de febrero jamás se volvió a hablar.
EN LA ESPIRAL
Se abre la veda en el bipartito
Lejos de amainar, conforme pasan los días crece la tensión entre socialistas y nacionalistas por culpa del parón autonómico ordenado por José Luis Rodríguez Zapatero. Y así es que donde Francisco Jorquera -coordinador de la ejecutiva del Benegá- ve serios indicios de "deslealtad" entre los dos socios del Gabinete bipartito, el portavoz del PSdeG en la Casona del Hórreo, Ismael Rego, ve el uso del traspaso de competencias "como un arma electoral" del Benegá .
EL DUENDE MONCLOVITA
La cita que nunca existió
Jordi Sevilla y Anxo Quintana se comprometieron, además, a reformar -"de manera profunda", dijo el ministro el día 28 de febrero de 2007- la comisión bilateral que rige las negociaciones para el traspaso de competencias de Madrid a Compostela. Esta comisión, regulada por una orden ministerial de 2003, bajo la presidencia de José María Aznar, también sería modificada antes de dos meses; es decir, estaría a pleno rendimiento el día 28 de abril, tal y como anunció el entonces titular de Administraciones Públicas. Nada de eso sucedió. Es más, como ahora indican Ismael Rego y Xaquín Fernández Leiceaga, las dos voces socialistas que siguen este tema en la Casona del Hórreo, a la comisión bilateral de Transferencias jamás llegó nada que hiciese referencia a la reunión mantenida entre Quintana y Sevilla. Es como si la cita jamás hubiese existido y un duende de la Moncloa la hubiese borrado de la memoria informática del Gobierno central .
lunes, octubre 15, 2007
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