jueves, octubre 04, 2007

Xavier Navaza, Don Emilio ha caido en la trampa

viernes 5 de octubre de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Don Emilio ha caído en la trampa
La memoria es tan frágil, a veces, que sus señorías, como del rayo, parecen haberse olvidado del magnífico y ambicioso plan para la seguridad vial y del tráfico en nuestras carreteras que a comienzos de este mismo año presentó la conselleira de Política Territorial, María José Caride, ante los arúspices de la nación.
Aquel programa, que se hizo público el día 24 de enero y efusivamente elogiado por mandos de la Guardia Civil y muy especialmente por la cúpula del Ministerio de Interior, se ha convertido hoy, nueve meses después, en el principal argumento que el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba esgrime para negarse a que a Galicia le sean transferidas las competencias de Tráfico, que Anxo Quintana vindica como si le fuese la vida en ello.
La aplicación de las medidas enunciadas por la señora Caride suponían, de entrada, una inversión mínima próxima a tres mil millones de euros durante el período comprendido entre los años 2006 y 2010... e implicaban a todas las consellerías de la Xunta de Galicia, sin excepción.
Todo ello, a juicio del gran jefe de la Policía y de la Guardia Civil, si bien no invalida de un modo definitivo las demandas de Galicia en este sentido, les quita peso y racionalidad e incluso amenaza con despojarlas de capacidad negociadora real ante el Gobierno central.
En Madrid ha sorprendido "la falta de seriedad" del Gabinete que preside Emilio Pérez Touriño, de modo especial en cuanto se refiere a sus socios nacionalistas. La semana pasada, en el senado, el senador Francisco Jorquera apoyó su petición de trapaso de las competencias de Tráfico a la comunidad gallega en una batería de estadísticas sobre la siniestralidad en nuestras carreteras. Y el ministro Rubalcaba le contestó con otra estadística que venía a decir literalmente lo contrario.
"No habrá transferencia", sentenció el responsable de Interior: "Si la Xunta quiere hacer política de seguridad vial", añadió, "la puede hacer y de hecho la hace porque tiene un plan a cuatro años, desde 2006 hasta 2010, que es un excelente plan". Acto seguido recordó que para la cesión de Tráfico a Compostela sería necesario impulsar una ley orgánica, "algo que el Gobierno no tiene pensado acometer".
Todo este asunto revela que tal vez estemos ante la crónica de una negativa anunciada reiteradas veces. Eso, por un lado; por otro lado nos muestra un Gabinete -el que preside Pérez Touriño- que se contradice a sí mismo en áreas tan importantes como la que nos ocupa y en un espacio de tiempo tan corto como el que alcanza de enero a octubre de este año.
A pesar de ello, don Emilio confesaba ayer mismo -aunque con la boca pequeña- que se disponía "a trabajar" para que la transferencia a Galicia en materia de Tráfico sea realidad cuanto antes.
Su vicepresidente, Quintana, había indicado pocas horas antes que si se logra el consenso en la Cámara gallega y se establece la unanimidad entre los tres grupos que la integran, "en el Congreso no tendrán más remedio que aprobar una ley orgánica que transfiera esta competencia a la Xunta". O sea, un tour de force. En realidad, estamos ante la impugnación, por parte del Benegá, de una iniciativa elaborada y presentada a bombo y platillo por uno de los principales departamentos del Gabinete Touriño. Lo lamentable es que don Emilio haya caído en la trampa.
EL DOBLE JUEGO
Ojos de hielo en el Senado
El senador Francisco Jorquera, coordinador ejecutivo del Benegá, afirma que "nadie entendería" que -si PPdeG, PSdeG y su propia formación apoyan en la Casona del Hórreo la demanda del traspaso de Tráfico a Galicia- socialistas y populares la rechazasen después en el Congreso. Y sin embargo, no sería la primera vez que una cosa así sucede en Madrid. Jorquera habla de "doble juego" y el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba le lanza una mirada de hielo desde la tribuna del Senado .
ARRECIA LA SOSPECHA
Los dominios del Estado
Los episodios que puede traer consigo la vindicación de la transferencia a Galicia de todos los dispositivos de control y organización del Tráfico que hoy están en manos del Gobierno central pondrán en escena una vieja historia. Es inevitable. Tanto el Partido Popular -fuese en el gobierno o en la oposición- como el Partido Socialista guardan en el disco duro de su memoria numerosos desplantes a sus compañeros de Galicia, desdiciéndose en el Congreso de los Diputados de lo que poco antes habían refrendado en Compostela. Los temores de Francisco Jorquera están, pues, más que fundados. Pero igualmente Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo, si fuesen realmente honestos con ellos mismos, no las tendrían todas consigo a la hora de vaticinar cuál ha de ser la reacción del Centro. En ambas filas arrecia un movimiento encaminado a reforzar e incluso a recuperar muchos de los viejos dominios de la Administración General del Estado .

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