jueves, octubre 25, 2007

Pablo Sebastian, Zaplana recusa y se rie

viernes 26 de octubre de 2007
Zaplana recusa y se ríe Pablo Sebastián

El Partido Popular se dispone a recusar a tres magistrados del Tribunal Constitucional afines al PSOE, según lo ha declarado el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, quien sin explicar cuáles son los motivos jurídicos de esta iniciativa ha reconocido que todo ello se debe a la previa recusación por parte del Gobierno de dos magistrados de la misma Corte. Añadiendo que si el Gobierno no hubiera recusado tampoco lo habría hecho el PP. Una explicación entre risas que, de por sí, pone en total evidencia que estamos ante una simple operación política, lo que, sin lugar a dudas, deberá ser tenido en cuenta por el Tribunal a la hora de ver estas tres recusaciones que están pendientes de confirmación.
La imprudencia y frivolidad de Zaplana puede haber echado por tierra, o al menos haberle complicado, la iniciativa en ciernes. Aunque falta por ver y por conocer la argumentación jurídica que esgrime el Gobierno y también los nombres de los recusados, que todos los indicios señalan a tres de los magistrados próximos a los socialistas, sobre los que hasta ahora no se sabía que hubieran intervenido o se hubieran contaminado en el caso de las recusaciones en cadena, que se refieren al recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP ante dicho Tribunal contra la Ley Orgánica del Poder Judicial, con la que se pretende prorrogar la presidencia de la magistrada María Emilia Casas, para que ella a su vez disfrute del voto de calidad en el esperado debate de esta Corte sobre el Estatuto catalán.
Vamos a ver qué hace el PP y cómo recusa a los citados magistrados, en su réplica a la reciente iniciativa similar del Gobierno contra los magistrados García Calvo y Rodríguez Zapata. La que, a sabiendas todo el mundo de que era un acto político para manipular el Tribunal, fue presentada con una argumentación y sin el descaro del que ha hecho alarde Zaplana, siguiendo su natural desparpajo y frivolidad en ciertas cuestiones de calado político.
En todo caso, una iniciativa del PP que pretende recomponer a favor de los conservadores el voto de la calidad de la presidencia del Tribunal y, en el peor de los casos para ellos, eliminar a todos los recusados, con lo que este Tribunal quedaría bloqueado y no operativo por falta del quórum suficiente —que está en un mínimo de ocho magistrados— para deliberar.
La consecuencia de todo ello supone empantanar el Tribunal, cosa que le conviene también al PSOE porque en el palacio de la Moncloa no se quiere que esta Corte se pronuncie sobre el Estatuto catalán antes de las elecciones generales del próximo mes de marzo, por lo que pudiera pasar. Pero la otra y más grave consecuencia es el desprestigio del Constitucional, sumido en una guerra de intereses políticos en la que participan magistrados de una y otra parte y que, a estas alturas, nadie sabe cómo va a acabar.

http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=26/10/2007&name=manantial

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