domingo, octubre 07, 2007

Pablo Sebastian, Zapatero pide árnica

lunes 8 de octubre de 2007
Zapatero pide árnica Pablo Sebastián

Ayer, el presidente Zapatero le pidió árnica al PP para no confrontar sobre las confrontaciones que ha inventado él, con los nacionalistas, los himnos, las banderas, el Rey y la unidad nacional. Ayer Zapatero tenía datos sobre las últimas encuestas —por ejemplo la de La Vanguardia y la de ABC, que lo sitúan a poco más de dos puntos de ventaja sobre el PP, con tendencia a la baja—, y en vez de tirar hacia delante y decir eso de “a lo hecho pecho”, el presidente recula, y no para de dar marcha atrás, mientras teme, espera y desespera porque creen que ETA aparecerá pronto con un atentado mortal. Ya lo dijo horas atrás el batasuno Pernando Barrena: “¡Es la guerra!”.
Ahora quiere el presidente un pacto con el PP, y se olvida de sus pactos con Carod, con Otegi, con Maragall, con Mas, con Antich, con Quintana y con Imaz, y quiere ir del brazo con Rajoy a recibir a Ibarretxe. Y no para de dar vivas al Rey, él que tan republicano se declara en privado, y no sólo con el truco del “republicanismo” de Petit. Ahora da Zapatero vivas al monarca, y se acuerda del “Gobierno de España”, y de la bandera que no ondea allí, en la Comunidad catalana por ejemplo, donde gobiernan los socialistas.
Ahora, a buenas horas, le da el presidente instrucciones al fiscal general para que empitone a toda la cúpula de Batasuna, con la que ha mantenido públicas y secretas reuniones. Y a buenas horas Garzón manda a la cárcel a los 17 jefes de Batasuna, siguiendo su teoría de que hay que tener en cuenta la situación política —ahora electoral— para actuar o no contra los terroristas y su entorno, como dijo el juez estelar cuando hacía la vista gorda sobre los que sólo llamaba abertzales. O cuando Zapatero decía de Otegi que era un hombre de paz.
Ahora que ya estamos en campaña electoral y que las encuestas le dan una tendencia a la baja al PSOE —con peor situación que cuando perdieron las elecciones municipales—, ahora le dice Zapatero a Rajoy que no hay motivo para confrontar posiciones, y le tiende una mano temblorosa, mientras con la otra pacta con los nacionalistas la Ley de la Memoria Histórica y los nuevos Presupuestos de la desigualdad nacional.
Nunca es tarde para rectificar, pero no de tapadillo. Zapatero tiene que decir muy alto y reconocer que se equivocó con los nacionalistas y con ETA, y tiene que explicar por qué fracasó la negociación y por qué y con qué garantías la empezó. O ¿Qué pactaron PNV, PSOE y Batasuna en el santuario de Loyola? No basta con decir eso de que no hay que confrontar con el PP en cuestiones en las que los dos están de acuerdo, porque eso no es verdad, porque Zapatero sobre esas mismas cuestiones ha estado dando una de arena y una de cal.
Y aunque es muy duro decir me equivoqué, e incluye riesgos muy serios para sus pactos con los nacionalistas en Galicia, Baleares y Cataluña, el presidente debe reconocer sus errores y, sobre todo, decir que nunca más pactará con ETA y que se acabó el juego de la reforma federal o confederal del Estado. Pero claro, eso no lo va a decir y, por tanto, la oposición no se va a callar. Y menos aún a la vista de cómo van las encuestas, y sobre todo porque en el PP no se olvidan de lo que les hizo el PSOE, tras el atentando madrileño del 11M, en los días previos a la jornada electoral.
O sea que vamos a unas elecciones a cara de perro con la confrontación nacional a flor de piel, y ya veremos lo que pasa de aquí al día de las urnas, porque todo esto no hizo nada más que comenzar. Para los próximos días tenemos Ley de la Memoria Histórica, beatificación en Roma de los mártires de la Guerra Civil, desfile militar del 12 de octubre y toda clase de líos en el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán. Y si Zapatero recula, que se cuiden con pasarse de frenada patriotera los del PP, porque en ese partido son expertos en pisar el acelerador cuando tienen que frenar.

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