miércoles, octubre 03, 2007

Nuevo frenazo

Nuevo frenazo
03.10.2007 -

El proyecto inacabado de fusión de las tres cajas vascas seguirá postergado, tras la decisión socialista de desvincularse de una iniciativa que ayer mismo avalaban los presidentes de las tres entidades de ahorro. La propuesta soberanista realizada por el lehendakari en el pleno de política general del pasado viernes ha sido el golpe definitivo a una iniciativa que vive sometida a los vaivenes de los intereses partidistas, las coyunturas políticas y los designios institucionales. De hecho, hace tiempo que los presidentes de las tres cajas alcanzaron un acuerdo para proceder a la integración de sus entidades en una firma única que reforzaría su capacidad y les permitiría acometer proyectos de más calado en un mercado donde la dimensión de las instituciones financieras es relevante. La celebración, este mismo año, de las elecciones locales y forales ya frenó una nuevo intento de los responsables de BBK, Kutxa y Vital, que decidieron ralentizar el proceso hasta encontrar un momento más oportuno. Su reactivación estaba prevista para estas semanas, pero la ofensiva soberanista del lehendakari ha roto todas las posibilidades de consenso, ante la contestación del PP, sobre todo en Álava, y el rechazo del PSE-EE, que no está dispuesto a presentarse como valedor de un PNV radicalizado a pocos meses de las elecciones generales.Euskadi es una comunidad autónoma con un sentido acusado de la territorialidad -recogido por ley- que se traduce en una particular correlación de fuerzas de los partidos y una sensibilidad especial en cada provincia. En estas circunstancias, lograr consensos amplios y suficientes en materias que afecten a estas singularidades es complicado. Pero a la clase política se le debe exigir responsabilidad para trascender sus propios intereses. La fusión de las cajas no es el principal problema de un país acosado por el terrorismo y sometido a iniciativas tan desafortundas y desestabilizadoras como la consulta anunciada por el lehendakari. Pero sí que es un paradigma de las dificultades que existen para trasladar a un plano común las que se presentan como iniciativas cargadas de racionalidad económica y empresarial cuando chocan con los cálculos políticos. Es difícil sustraerse a las sensibilidades territoriales, que no deberían ser despreciadas, pero es inadmisible la perpetua frustración a que se está sometiendo esta iniciativa por una clase política tan contradictoria como variable en sus manifestaciones. Y en particular la actitud de un PNV que ha tenido oportunidades y poder suficientes como para haber dado hace tiempo el paso definitivo.

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