domingo, octubre 14, 2007

Luis Margol, La homofobia de Moratinos y el extraño caso...

lunes 15 de octubre de 2007
CHUECADILLY CIRCUS
La homofobia de Moratinos y el extraño caso del Dr. Soria y las muñecas carnívoras
Por Luis Margol
Que la exclusión de los gays en los media y la política obedece con frecuencia a la protección de ciertos armarios no debería sorprender a nadie. Que en Israel los maledicentes cuentan tremebundas historias sobre las correrías de Moratinos por tierras palestinas lo sabemos todos los que hemos ido por allí. Rumores (por supuesto, infundados) aparte, el papelón de aquél en la conferencia sobre la islamofobia sólo merece un calificativo: ignominioso. Moratinos: tú sí que eres un peligro.
Mientras el sonriente ministro justificaba la censura de un párrafo de la fallida declaración en que se mencionaba la represión contra los homosexuales en los países islámicos por las presuntas reticencias de Austria y Polonia –ninguno de los dos expresó reserva alguna– y la alcaldesa de Córdoba, la simpar Rosa Aguilar, se sumaba impertérrita a la legitimación del asesinato masivo de mujeres en el Islam (será que, como allí no hay lesbianas, que dice Ahmadineyad, a ella le importa un bledo), Zerolo y su amigo Arnaldo Gancedo, polémico y efímero líder del Colectivo Gay de Madrid (Cogam), asistían a una representación de Educación para la Ciudadanía en la Plaza del 2 de Mayo de Madrid a cargo del PSOE.

"¿Va a servirle [EpC] a los niños para que puedan luchar contra la homofobia?", interrogaba Gancedo a la solícita profesora. "No lo sé, pregúntaselo a Moratinos", debería haber respondido la docente. "Pregúntaselo a Leyre Pajín", susurraba entre divertido y ofendido uno de los curiosos que se acercaron a presenciar el acontecimiento, un exiliado cubano preocupado por la posibilidad de que la Secretaría de Estado de Cooperación y Zerolo abran una nueva línea de financiación del régimen castrista so pretexto contribuir a la normalización de la homosexualidad en la Isla.

Por mucho menos que la infamia perpetrada por el ministro de Exteriores en Córdoba, Pedro Zerolo acusó a los Gobiernos de Aznar de terribles crímenes contra la Humanidad. Fue con ocasión del voto negativo de España al reconocimiento de la Internacional Gay-Lesbiana (ILGA) como organización consultiva de Naciones Unidas. "Hasta en la ONU se oyó la voz homófoba del PP". Como dirían los cursis, "fuentes de toda solvencia anuncian la inminente petición de dimisión de Moratinos por parte de Zerolo, y su quema en efigie en la Plaza de Chueca de Madrid".

También en estos días escucho patidifuso lo que algunos sesudos analistas denominan "el caso de Bernat Soria y las muñecas carnívoras". Parece ser que el ministro de Sanidad es asiduo lector de Ángela Vallvey, la gingerhair de oro de las Letras españolas. Entre las perlas de fino humor negro de la novelista, este comentario a propósito de la ola de calor sufrida en Europa en el verano de 2003:
Parece que el clima está confabulado con los ministros del ramo. Como desciende la natalidad y aumentan los jubilados, si no fuera por el calor, que amenaza con liquidar a la población no activa en unos pocos años, dentro de nada no seríamos capaces de mantener el sistema de pensiones.
El problema es que algún progresista sin sentido del humor confunda ficción y realidad y termine preguntándose qué habría que hacer tras un verano fresco seguido de unos presupuestos que habrían dejado boquiabierta a la mismísima Evita Perón:
– Presidente: Hasta los elementos se han confabulado contra nosotros. Con tanto gasto social, no nos quedará dinero para construir la gran Casa Común. Los hermanos van a poner hechos unas fieras…
– Ministro: Don’t worry, presidente, esto lo arreglo en un santiamén: ley de eutanasia, comisión de expertos y a expedir pasaportes filantrópicos al más allá a cualquier cotizante desprevenido mayor de 55 años. De un plumazo solucionamos el déficit que se avecina y el agujero de la Seguridad Social provocado por el aumento del paro. Ya lo estoy viendo: "Vota PSOE, el partido de la eterna juventud (hasta que la pierdas)".

– P: ¿Y si Solbes no resiste los próximos presupuestos, o Bono se traga medio ciervo en su finca, y les da un jamacuco?
– M: Dos pájaros de un tiro.
– P: No sé, consultaré con mi suegra. Mejor no: últimamente está bastante pesada...

(Ambos hacen mutis, bajan las luces. De pronto se oye un largo grito desgarrado, re sostenido casi perfecto).

Voz del P: ¡Pobre mujer! ¡Era tan buena! (Telón).
¿Quién dijo que el terror era un género de ficción?

Speaking of which, el jueves 4 de octubre FAES inauguró la temporada de conferencias vespertinas en la Villa y Corte con la presentación de un libro sobre la política exterior de los Gobiernos del PP. No me refiero a los protagonistas del acto, el profesor Muñoz Alonso y Aznar, ni al contenido de sus discursos, sino al horripilante look de algunos gerifaltes del partido. Juan Costa, coordinador del programa electoral de Rajoy, iba vestido de pijo desganado después de una noche de farra y lucía ese five o’clock shadow tan poco favorecedor a su edad. Las miniplanchas y los kits de afeitado rápido no se hicieron para él. A su lado, el antipeinado de Pilar del Castillo se me antojaba el colmo del refinamiento y la distinción versallescos.

Aunque para pelos, los de la otrora elegante Luisa Fernanda Rudi, ex presidenta del Congreso de los Diputados: blusita de lunares sacada de algún baúl de los recuerdos... y cepillado capilar de última hora, mal disimulado por dos tristes horquillas. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Miguel Ángel Cortés sigue pidiendo a gritos un camisero que le haga cuellos de su talla, y el volumen del ahuecado de cabello de Ana Botella continúa adquiriendo proporciones sumamente preocupantes. Se rumorea que, tras su gallarda intervención en el programa Madrid Opina de Telemadrid (¿existe alguna página web peor? Lo dudo) frente a la indómita María Antonia Iglesias, la de Medio Ambiente sintió pena por la pobre actuación de la vehemente periodista y trató de arreglarlo con ese "me encanta tu peinado; me muero por saber la dirección de tu peluquero" al que son tan aficionadas algunas damas de postín.

Ni siquiera Eduardo Zaplana, más estilizado que un sable, estuvo a la altura de las circunstancias. El guapo valenciano sigue empeñado en creer que el bronceado es naranja, como la fruta de su tierra. Abotonado y entalladísimo, el pobre señor fue incapaz de saborear un solo canapé por miedo a que la chaqueta le reventase. Cualquier tarde de éstas sufre un vahído en plena interpelación parlamentaria, Maritere de la Vogue le aplica el boca a boca... y el bueno de Eduardo no vive para contarlo. Las digestiones de azufre son malísimas.

En fin, nada más frustrante que aparecer en un acto cultural de traje nuevo y gemelos de piedras preciosas y encontrarse con una panda de políticos ojerosos en un bad hair day. Ni Aznar, que llevó España a cumbres jamás soñadas por sus predecesores, ni yo nos lo merecemos. De mi profundo hastío y sopor sólo me sacaron los agudos comentarios de Cristina Falkenberg y los devaneos de Mady Gallego con un famoso tertuliano ataviado a lo Don Johnson en un día nublado ("Por fin conozco a uno que me gusta") y que, según cuentan las malas lenguas, se vio obligado a combatir el tedio a base de champán del bueno. Nunca le perdonaré que no me invitara a una copa.

Al llegar a casa, noto con horror que unos desalmados han arrancado las pegatinas de la AVT que adornaban mi puerta. Como las había fijado con pegamento, los muy cafres la emprendieron a cuchilladas y se han llevado por delante toda la pintura.
– ¡Señorita, por favor! ¿Servirá Educación para la Ciudadanía para que algunos dejen de atacar a las víctimas del terrorismo?
– Pregúntaselo a Garzón.
Enquire within: chuecadilly@yahoo.es

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