martes, octubre 23, 2007

Los socialistas se ven superados por el caos que sufre Barcelona

Los socialistas se ven superados por el caos que sufre Barcelona
Elsemanaldigital.com

24 de octubre de 2007. Nuevos incidentes en las obras del AVE en Barcelona han obligado a Renfe Cercanías y a Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya a suspender parte de sus líneas. En esta ocasión se ha visto afectada en especial la comarca del bajo Llobregat, causando además un reiterado colapso del tráfico de automóviles en la capital catalana. Los trastornos ocasionados a los ciudadanos son enormes, los retrasos se cuentan por horas, algunos trayectos que antes podían hacerse de forma directa ahora deben utilizarse varios medios de transporte. La indignación de los catalanes es notable y, además, las soluciones se demoran y no se ve el final del túnel. Lo que se planteó como la gran obra pública de esta legislatura se ha terminado convirtiendo, en meses preelectorales, en un gran problema para José Luis Rodríguez Zapatero.El propio presidente del Gobierno anunció que el AVE llegaría de Madrid a Barcelona el próximo 21 de diciembre. Fue un compromiso personal. Para supervisar las obras y evitar en lo posible incidentes está casi ha instalado en la Ciudad Condal Víctor Morlán, secretario de Estado de Infraestructuras y número dos del Ministerio de Fomento, una decisión que no es en absoluto normal en otros casos y que revela la importancia política de esta infraestructura y la gravedad para el PSOE de sus deficiencias.A estas alturas, con las elecciones a cinco meses, todos los grupos políticos catalanes excepto el PSC reclaman la dimisión de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. El problema del AVE en Barcelona no es técnico, sino que se deriva de la campaña electoral que se avecina y de los errores a los que han obligado las prisas y los compromisos, precisamente, políticos.El candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ido más allá y además de pedir la dimisión de Álvarez ha instado a Zapatero a que la destituya si esa renuncia no se produce, por "la vergüenza y la falta de respeto hacia los ciudadanos". Esas palabras recogen el sentir mayoritario de los barceloneses, y Zapatero no lo ignora. Álvarez está preconizada como cabeza de lista del PSOE en Málaga y se ha mantenido en lo posible alejada de las obras, lo que hace pensar a los analistas que en caso de nuevas complicaciones en el AVE Zapatero podría intentar descargar su responsabilidad a través de un cese o dimisión de su segundo, Morlán.Pero la responsabilidad política del caos circulatorio y de los costes añadidos en Cataluña no es de Morlán, sino del mismísimo Zapatero. El presidente, en realidad, está intentando rehuir la parte que le cabe en este espinoso asunto, y desde fuentes socialistas se filtran desde incomprensibles acusaciones al PP hasta un ataque directo a la constructora OHL, propiedad de Juan Miguel Villar Mir, como si lo que está sucediendo fuese resultado de un sabotaje y no de una acumulación de despropósitos políticos sobre las decisiones técnicas.Barcelona está administrada enteramente por los socialistas: socialista es el Ayuntamiento, socialista es el presidente de la Generalitat, José Montilla, y socialista es el responsable último, José Luis Rodríguez Zapatero. Tras administraciones socialistas no están consiguiendo cumplir su compromiso de llevar el AVE a tiempo a Barcelona, y en cambio están generando unos daños que los catalanes difícilmente podrán olvidar antes de las elecciones de marzo. De ese retraso, de ese caos y de esos daños debe dar cumplida respuesta el presidente del Gobierno en su comparecencia ante el Congreso de los Diputados el próximo miércoles 31 de octubre, cuyo retraso explica sólo la tramitación de los Presupuestos en la Cámara. Zapatero quiso hacer de esta obra su gran baza electoral y él tendrá que dar razón ante los ciudadanos del caos en que ha sumido a la segunda ciudad española.

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