domingo, octubre 07, 2007

Julian Garcia Candau, Hamilton, Alonso y Raikkonen, a muerte en Rio

lunes 8 de octubre de 2007
Hamilton, Alonso y Raikkonen, a muerte en Río Julián García Candau

Bernie Eclestone, el mandamás del automovilismo, dueño y señor en las alzas económicas, ya es en este momento el ganador del Mundial de Fórmula 1. El resultado del Gran Premio de China ha puesto en sus manos la posibilidad de que las audiencias alcancen lo nunca visto. Tres pilotos, Hamilton, Alonso y Raikkonen, pueden proclamarse campeón.
Los pronósticos habían avanzado la posibilidad de que Hamilton saliera de China con el título en la mano y, sin embargo, el premio final no se otorgará hasta el último día, hasta la carrera de Río de Janeiro. Con la victoria del piloto finlandés, el abandono del inglés y la segunda plaza conseguida por el español, el campeonato se ha apretado de tal manera que en la pista habrá tres enemigos que no se concederán tregua y cualquiera de ellos, además de contar con la posibilidad de ganar, tendrá encima los problemas de la presión por no poder fallar.
En Brasil, con cuatro puntos menos que Hamilton, Fernando puede acabar en lo más alto del podio. Es de suponer que la escudería tratará de poner en manos de los dos las mejores condiciones posibles. No puede correr el riesgo de que un fallo le cueste el Mundial y caiga en manos de Ferrari.
Se ha producido lo imprevisible, aunque realmente entre quienes siguen de cerca la Fórmula 1, entre los españoles sobre todo, se deseara lo sucedido a Hamilton era simplemente el sueño de una noche de otoño. La salida de pista del inglés ha puesto sobre el tapete un final extraordinario, la posibilidad, menos probable, de que el ganador de China, quinta en la serie de este año, esté en condiciones, aunque con la ayuda de mucha fortuna, de imponerse a los dos McLaren.
La lucha entre la escudería inglesa y la italiana ha proporcionado un año de conflictos extraños, de situaciones conflictivas, de acusaciones por espionaje, testigos protegidos, y una prueba final en la que las esperanzas perdidas en Japón se han recuperado en China.
La vida automovilística vuelve a sonreír a Alonso en la semana en la que antes de competir se ha despachado a gusto contra sus patronos. Aunque gane el Mundial tendrá que cambiar de casa de nuevo.

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