lunes, octubre 22, 2007

Florencio Dominguez, Retorno a Bergara

Retorno a Bergara
23.10.2007 -
FLORENCIO DOMÍNGUEZ f.dominguez@diario-elcorreo.com

Cuando las gentes de orden deciden extremar sus postulados en el ámbito de la política acaban llegando a los territorios en los que habitan otros, los radicales auténticos, desde hace tiempo. Es difícil ser original en ese campo y eso es lo que le está pasando al PNV que al extremar sus posiciones está instalándose en el espacio tradicional de la izquierda abertzale.La radicalización comienza primero por los conceptos y, al final, llega a las tácticas políticas. El PNV, o al menos un sector importante, ha sido siempre, sobre el papel, partidario de la autodeterminación, pero en la Transición consideró que plantearla de forma directa, como hizo Francisco Letamendía en el Congreso, era una «virguería marxista» frente a la que oponía una vía foral hacia la soberanía. Sin embargo, en la última década el PNV se ha vuelto hacia el concepto de autodeterminación expresado mediante una fórmula más ambigua, la exigencia de respeto a la decisión de los vascos, en unos términos que proceden del documento 'Alternativa Democrática' elaborado por ETA en 1995.Ahora, el presidente de la ejecutiva guipuzcoana del PNV, Joseba Egibar, ha expresado la idea de presentar en las próximas elecciones generales candidaturas conjuntas de todos aquellos que apoyan la propuesta autodeterminista del lehendakari, idea que ya se le había ocurrido antes a la izquierda abertzale. Arnaldo Otegi y Rafa Díez presentaron el 16 de diciembre de 2003 lo que bautizaron como 'Propuesta de Bergara' que consistía en la elaboración de candidaturas conjuntas del nacionalismo de cara a las elecciones de marzo de 2004. En la idea original, la de Otegi, Díez y ETA, se especificaba que la candidatura nacionalista «se convertiría en la interlocución nacional del pueblo vasco en lo que respecta al Estado español» y que serviría para «abrir un proceso de negociación» con España para que «sea respetado el derecho de autodeterminación». Joseba Egibar fue el encargado entonces de rechazar aquella propuesta en nombre de su partido, a pesar, incluso, de que ETA intervino en público en dos ocasiones, el 29 de diciembre de 2003 y el 16 de enero siguiente, para ofrecer una tregua si se aceptaba la candidatura de concentración nacionalista.La 'Propuesta de Bergara' tenía también en común con la de Egibar la exclusión de facto de la consideración de vascos de los partidos -y por extensión de los votantes- no nacionalistas, del PSE de Patxi López y del PP de María San Gil. Sólo los nacionalistas se presentan como genuinos representantes de lo vasco. Los otros no son partidos «de obediencia vasca», como dice el dirigente del PNV, o son «sucursalistas», como decía ETA de los socialistas durante la tregua del pasado año.

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