jueves, octubre 25, 2007

El TC, al borde del bloqueo

viernes 26 de octubre de 2007
El TC, al borde del bloqueo
EL hecho de que el Gobierno, en una decisión inédita, haya decidido recusar a dos magistrados del TC aduciendo su contaminación para resolver el recurso contra la prórroga del mandato de su presidenta, no justifica que el PP se disponga a devolverle la pelota apartando a otros tres magistrados del «bloque progresista» del Alto Tribunal. Siendo jurídicamente más que discutibles los argumentos del Gobierno para justificar una recusación de dos magistrados conservadores -sólo hay una explicación posible, la lucha por el control de las mayorías en el Tribunal-, también lo es que el Partido Popular responda a la maniobra del Gobierno con un movimiento reactivo que, en esencia, le mueve a emplear las mismas armas que el partido de Rajoy critica del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Sentada esta premisa y por discutibles que sean los argumentos, lo cierto es que el PP aduce su legítimo derecho a defenderse de la agresión institucional en que el Gobierno socialista está convirtiendo cada uno de sus movimientos para no perder el control de las mayorías en el Tribunal. Y todo, con el único objetivo de que el PSOE se evite sentencias adversas contra algunas de sus «leyes estrella» de la legislatura o contra el Estatuto catalán, por ejemplo.
Con su decisión, el PP -cuyos sólidos argumentos de fondo dejaban hasta ayer en evidencia al Gobierno- se pone a la altura del Ejecutivo socialista con un movimiento precipitado en el que algunas de sus razones sucumben al impulso reactivo. No puede decirse que la medida se hiciera pública de la manera más acertada, teniendo en cuenta que el PP cuenta con dirigentes más autorizados en materia jurídica que el portavoz del Grupo Parlamentario en el Congreso, Eduardo Zaplana, quien acostumbra a practicar políticas de hechos consumados que generan una notable irritación en el partido. Además, resulta llamativo que el PP anuncie una medida tan drástica y de tan graves consecuencias, que sitúan al TC al borde del bloqueo, sin concretar los fundamentos, más aún si se tienen en cuenta las críticas que los populares hicieron a las dos recusaciones promovidas por el Gobierno la pasada semana. En todo caso, este nuevo episodio de recusaciones en el TC es resultado de la situación crítica que ha provocado la injerencia inaceptable del Gobierno en su funcionamiento interno, con una reforma legal ad hominem, pensada para prorrogar el mandato de la actual presidenta y preservar su voto de calidad en caso de empate entre los bloques «conservador» y «progresista».
Si el Gobierno rompe las más elementales convenciones del principio de división de poderes y convierte el terreno de juego en un campo embarrado, todo se ensucia. Ahora, la recusación de tres magistrados progresistas supondría un paso más, no el primero, en una escalada de tensión que tiene un origen muy concreto, la interferencia del Gobierno en el TC, sin la cual nada de esto estaría sucediendo. No es una buena noticia que el PP recuse a otros tres jueces del TC y lo deseable habría sido que no se produjera, aunque es Rodríguez Zapatero el que ha repartido estas cartas y los populares, entre quedarse fuera o jugar con ellas, han optado por esto último. Ahora ya se sabrá, al menos, si estas recusaciones -tanto las del Gobierno como las del PP- se han presentado de forma extemporánea y, sobre todo, si tienen fundamento, porque los criterios para resolver estas dudas habrán de ser comunes a todas las recusaciones. Este es el propósito real de la iniciativa del PP, que aprovecha la irresponsabilidad del Gobierno de haber abierto un debate sobre la imparcialidad de los dos magistrados «conservadores» recusados, sin reparar en que el mismo rasero podía ser aplicado a los del bloque «progresista» y dar lugar a un bloqueo del TC para resolver este concreto recurso si finalmente no pudiera constituirse por carecer de quórum suficiente.
La responsabilidad política del Gobierno socialista en esta grave crisis del TC es incuestionable. El temor del Ejecutivo a que sus leyes más importantes sean revocadas le ha llevado a perder los nervios y utilizar temerariamente instrumentos legales, como la recusación, que están reservados para supuestos muy tasados. Por eso, resulta cuestionable que el PP responda con la misma moneda.

http://www.abc.es/20071026/opinion-editorial/borde-bloqueo_200710260251.html

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