Edurne Uriarte, La España histerica

lunes 15 de octubre de 2007
La España histérica

EDURNE URIARTE
El Gobierno de José María Aznar tuvo dos grandes logros: la lucha antiterrorista y la puesta de la Nación española en el centro de la política, por primera vez desde la Transición. Con Aznar, el Estado fuerte y el patriotismo español entraron en la normalidad democrática. Por el anquilosamiento de la izquierda en ambos campos y porque esa renovación fuera liderada por la derecha, algunas personas de la izquierda hicimos el camino hacia la derecha. Hacia el cambio. El efecto Sarkozy o, lo que muchos años antes había sido el efecto «neocon» en Estados Unidos, se produjo entonces en España.
Pero fue interrumpido por el 11-M. Y por lo que vino después, tanto en política antiterrorista como en la política de la Nación. Lo que ahora está ocurriendo, la inusitada furia de la izquierda contra el vídeo de Rajoy o su manipulación de los silbidos a Zapatero en el desfile, es que hemos vuelto a ese debate. La derecha española ha recuperado la iniciativa en los dos grandes cambios que ella misma protagonizó.
Y la izquierda está inquieta. Incluso le ha salido un nuevo partido por el ala nacional, el de Rosa Díez, formado por los que no quisieron irse a la derecha, a pesar de coincidir con ella en estos dos debates. Y está perpleja porque no tiene respuesta para el debate nacional.
Su alternativa se mueve entre los intentos de minimizar la cuestión y los discursos desafortunados. No existe problema nacional, luego, no se habla de ello, pretenden los socialistas. Pero dado que los nacionalistas vascos y catalanes ya han anunciado las fechas de sus referendos independentistas, la pretensión resulta bastante absurda. Y la del discurso alternativo, ofensiva para la inteligencia y para la España moderna.
Esa idea de Zapatero de que el PSOE representa «la España serena» quiere comunicar nuevamente que el patriotismo español es histérico, estridente y agresivo. Sobre esa imagen, la de los histéricos del patriotismo español y los serenos de la negociación sin límites con los independentistas, se construyó la España autonómica hasta 1996. Pero esa rancia idea ya no prende en la España de hoy. La mayoría superó hace tiempo ese complejo.