martes, octubre 16, 2007

Edurne Uriarte, El saco de la paz

martes 16 de octubre de 2007
El saco de la paz

EDURNE URIARTE
¿Y qué tiene que ver el cambio climático con la paz? Más o menos lo mismo que la movilización por la igualdad de las mujeres. O cualquier cosa que usted quiera meter en este saco revuelto de la paz. En otras palabras, que yo misma podría emular a Gore y presentarme al Nobel por mis artículos a favor de la igualdad femenina.
Pero ni siquiera en el caso de una Nobel con auténticos méritos en esa materia, Shirin Ebadi, una activista iraní por los derechos humanos y por la igualdad de las mujeres que admiro, su causa es la paz; es la libertad. Y el problema de este saco revuelto, trufado de oportunismo y confusión, es que cabe cualquier cosa. Desde la valerosa Ebadi hasta El Baradei y la OIEA, conocidos, al igual que la ONU, por su incapacidad para conseguir que Sadam Hussein respetara y acatara los requerimientos internacionales antes de declararle la guerra. Y que ahora incluso presumen de que ellos ya dijeron que no tenía armas de destrucción masiva.
En España, hasta los terroristas le llaman proceso de paz a lo suyo, al chantaje con pistolas para lograr sus pretensiones. Y no cabe descartar que algún día se cuelen en el saco por decretar la paz tras cuarenta años de crímenes. El Nobel de la Paz está lleno de esas incongruencias y de otras menos graves, como la de Gore. El jurado ni siquiera es capaz de definir la paz, hay un temor reverencial a cuestionar un premio de nombre políticamente tan correcto y demasiados oportunistas interesados en meter la mano en el saco.
Un Nobel de la Libertad, no de la Paz, acabaría con la ambigüedad. Pero muchos prefieren la comodidad de la ambigüedad.

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