miércoles, octubre 03, 2007

Carlos Semprun Maura, Paris-Madrid, ida y vuelta

jueves 4 de octubre de 2007
Carta de París
París-Madrid, ida y vuelta
No hay que hacerse ilusiones, pues los franceses son mayoritariamente egoístas y se interesan más por sus habichuelas, su nivel de vida y sus vacaciones que por, pongamos, una prestigiosa política exterior francesa, admitiendo que eso pueda existir.

Carlos Semprún Maura

Para un español de París como yo es curioso constatar una situación aparentemente contradictoria: Francia tiene su mejor gobierno desde hace muchos años y una situación económica difícil; en cambio, España tiene su peor gobierno desde hace lustros y una situación económica más favorable. Claro, las acusaciones tanto de la oposición sociata como de algunas mouches du coche como Dominique de Villepin o François Bayrou son demagógicas y embusteras, porque los males de la sociedad francesa en cuestiones económicas, sociales o educativas vienen de lejos. Las cosas llevan empeorando desde hace décadas y es evidentemente imposible que el presidente Sarkozy y su Gobierno cambien la situación en cuatro meses. De hecho, los cinco años de la legislatura serán apenas suficientes para reformar y mejorar nada.
Eso no quita para que las dificultades actuales, como el insuficiente crecimiento económico, el estancamiento del nivel de vida y de los salarios o el paro que aún no disminuye lo suficiente, provoquen que Sarkozy y su primer ministro Fillon pierdan puntos en los sondeos. Es aún más comprensible ese descenso si se tiene en cuenta que algunas de las medidas que están tomando, aun siendo necesarias, son impopulares: el encarecimiento de los medicamentos, la reforma de los "regímenes especiales" de las pensiones, la amenaza de un IVA "social" y otras muchas. No hay que hacerse ilusiones, pues los franceses (como los españoles) son mayoritariamente egoístas y se interesan más por sus habichuelas, su nivel de vida y sus vacaciones que por, pongamos, una prestigiosa política exterior francesa, admitiendo que eso pueda existir.
En esta situación de morriña, el informe que acaba de revelar Le Figaro de la AMF (Autoridad de los Mercados Financieros), el "gendarme bursátil", no va a despejar las nubes. Según este documento, en 2005 y 2006 casi todos los dirigentes de la EADS y Airbus, esa "joya" económico-industrial europea, estuvieron pringados en délits d’initiés. Al enterarse de los problemas y los retrasos en la construcción de su nuevo avión gigante, los Arnaud Lagardére, Noel Forgeard, Thomas Enders, Manfred Bischoff y el Estado francés (accionista de EADS), a través de su ministro de Finanzas de la época, Thierry Breton, se pusieron a vender sus acciones como forajidos obteniendo 90 millones de euros de plusvalía, pero precipitando también la crisis financiera de EADS y su caída en la Bolsa.
El carterito Besancenot, podrá ir de nuevo a visitar a Pablo Neruda y decirle: "¡Qué malo es el capitalismo!". Pero qué buena, en cambio, la "economía de mercado".

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