Ante la nueva China

Ante la nueva China
15.10.2007 -

El XVII Congreso del Partido Comunista Chino arranca hoy en Pekín con un diagnóstico claro, pero también limitado, sobre lo que el régimen entiende que debe hacer para acomodar al gigante asiático a sus nuevas circunstancias, derivadas de un crecimiento desaforado en los últimos años. El objetivo pasaría por reordenar la acción política, económica y social preservando una dirección estable, sólo muy parcialmente renovada, para afrontar los graves problemas que aquejan al Estado: la corrupción, el masivo éxodo rural a ciudades que se desbordan, la erosión acelerada del medio ambiente, una profunda desigualdad y la lentitud en establecer un mínimo sistema de cohesión y seguridad social.La autoridad de Hu Jintao, jefe del Estado, del PC y de su poderosa comisión militar, no parece correr riesgos, dado que su acceso al poder fue el resultado de la cuidadosa planificación con la que el fallecido Deng Xiaoping amarró la designación de sus sucesores. No obstante, la gran incógnita que deberán despejar los 2.000 delegados del Congreso es quién relevará a Hu Jintao en 2012, cuando venza su mandato; una elección que podría reflejar tensiones en la hermética cúpula comunista. El auge de la economía china, cuyo producto interior bruto sería el más elevado del mundo en apenas dos décadas, está poniendo a prueba la capacidad de sus autoridades para responder a las demandas de ese potente desarrollo. Éste evoluciona en los límites del orden público y la disciplina social garantizados por un régimen que no ha renunciado a la represión de la disidencia y un clamoroso desdén hacia los derechos humanos. Mientras el mundo mira a China a pocos meses de los Juegos Olímpicos, el Partido Comunista no parece dispuesto a dar el paso de oxigenar la vida política.