jueves, abril 12, 2007

El terrorismos islamista rodea España

El terrorismo islamista rodea España
Elsemanaldigital.com

12 de abril de 2007. El terrorismo organizado dejó ayer dos docenas de muertos y casi dos centenares de heridos en las calles de Argel. Tres explosiones rompieron la relativa paz de la que disfrutaba el régimen argelino, después más de una década de práctica guerra civil contra el integrismo islámico. Pocos días antes numerosos islamistas habían sido detenidos en Marruecos, desde donde preparaban nuevos atentados en el Magreb y en Europa. El islamismo radical está en las fronteras de España.Los servicios secretos y de seguridad marroquíes están en máxima alerta, mientras que el Ejército argelino rastrea la Cabilia, las montañas en las que el FLN inventó el terrorismo moderno en la década de 1960 y en las que los integristas tienen ahora sus grupos militantes más peligrosos. Las ideas islamistas más radicales tienen en el Norte de África bases seguras, capaces de poner en peligro la seguridad del Sur de Europa.Las fronteras de los países han dejado de ser compartimentos estancos, y en las últimas décadas la seguridad ha pasado a ser un problema superior a la soberanía de los Estados. Marruecos y Argelia, por ejemplo, son naciones independientes y soberanas, pero comparten con todo el mundo islámico el problema del integrismo –de raíces comunes y remotas- y extienden las consecuencias de su problema interno a todos sus vecinos. España, como viejo objetivo del expansionismo musulmán, como antigua potencia colonizadora en África, como país del Mediterráneo, como nación occidental y como país receptor de millones de inmigrantes, está afectada por el problema que en estos días por desgracia sacude a sus vecinos.Nuestro país tiene un interés directo en que vecinos como Argelia y Marruecos disfruten de regímenes estables, eficientes y justos. La corrupción y la falta de libertad ligada a la pobreza por un lado generan inmigración masiva e ilegal que a nadie conviene, y por otro sientan las bases del integrismo y del terrorismo. Países jóvenes en los que la única perspectiva de una vida mejor es la emigración, y en los que la occidentalización va unida a las desigualdades y la corrupción, son una bomba de relojería en nuestras fronteras.La doctrina europea de seguridad ya ha superado el viejo tabú de la no injerencia en asuntos internos de terceros. Europa, y directamente España, tiene el deber de colaborar en los esfuerzos de marroquíes y argelinos en la lucha contra el terrorismo. Es su propio interés además. Por la misma razón tiene también derecho a pedir de los actuales gobernantes de esos países que combatan las causas del mal. Todos los medios empleados hoy en la información y la prevención del problema son pocos, si con ellos es posible impedir una nueva oleada islamista que, en África del Norte, obligaría a nuestro Gobierno a un enorme esfuerzo en seguridad. Los ciudadanos españoles deben ser protegidos de esa amenaza.

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