miercoles 11 de abril de 2007
No pasa nada
POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Fernando Schwartz me ha dejado tranquilo. Aquí no se rompe nada, y aún menos España. Mis viejos temores a que la desaparición de la nación pudiera llevarnos a la precariedad creativa cuando no al desvanecimiento del Estado, etc, pertenecen al mundo de los prejuicios y, en mi caso, quizá a la nefasta influencia que Ortega ha podido ejercer sobre mí.
Tiene razón Schwartz. No hay motivo para tanto desasosiego como trata de crear el PP. Es verdad que continúan hechos como la persecución de aquella parte de la población catalana que quiere leer a San Juan de la Cruz y la guerra etnicista contra la sociedad «maketa» en el País Vasco, pero no tanto como para que Telemadrid haga de ello dramas. La derecha, desesperada, no le da a Zapatero la oportunidad de entenderse con Otegi, que es «un hombre de paz», y con Imaz, que es el dirigente moderado y razonable del moderado y razonable PNV. Es verdad que este partido tiene el compromiso con ETA de fundar Euskal Herría, pero ¿quién podría tomarse en serio la anexión de Navarra?
Tiene toda la razón Schwartz cuando dice que aquí no pasa nada. ¿Por qué dar tanta importancia a ese palabro horrible de la autodeterminación? Son cosas de Jaime Mayor, que cae en la trampa de creer a Permach y a Usabiaga y a sus alusiones constantes a la soberanía. E, incluso, yendo al lado más dramático del «contencioso vasco», ¿acaso no es verdad que cada vez ETA es menos criminal hasta el punto de resultar incidentales las muertes producidas en el atentado de Barajas? Como ha dicho el ministro Bermejo, la derecha sólo habla de la Justicia cuando es para criticarla. Así, con motivo de la excarcelación de De Juana. Verificadas las actuaciones de ETA, las revelaciones aportadas por la desarticulación del «comando Donosti» han venido a demostrar una capacidad de reorganización de los terroristas muy propia de una tregua-trampa. Pero, ¿acaso no ha sido eficaz la Policía de Rubalcaba? Es verdad que la nación ha perdido el sector estratégico de la energía al ser troceada Endesa. Pero, como dice Schwartz, todo viene a resultar normal excepto la existencia de una derecha guerra-civilista, que sin duda sería conveniente sustituir por otra democrática y laica, a ser posible dirigida por seres similares al propio Schwartz.
miércoles, abril 11, 2007
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