martes, abril 10, 2007

Cambio Climatico y sentido comun

Cambio climático y sentido común
Luis Miguez Macho

11 de abril de 2007. Este domingo, Carmelo López-Arias publicaba en estas páginas electrónicas un interesantísimo artículo sobre uno de los grandes temas de nuestro tiempo: el cambio climático, entendido como calentamiento global del planeta. Comentando el número 3-4 de 2006 de la Revista del Instituto de Estudios Económicos, dedicado de manera monográfica a la cuestión, pone los puntos sobre las íes acerca de algo que poderosos intereses están empeñados en convertir en una histeria colectiva con evidentes fines de manipulación de la gente.Voy a obviar la reflexión que se hace en la publicación citada y que eficazmente glosa López-Arias sobre otros pánicos del todo similares al que ahora se trata de desatar y que se han sucedido en épocas recientes. Me limitaré a remitir al lector, para una perspectiva todavía más amplia, a la amena y documentada monografía de Jean Delumeau El miedo en Occidente (Taurus, 2002).Vaya también por delante que no soy más que un lego que se dirige a otros legos en estos arcanos. Sin embargo, hay ciertas cosas que están al alcance de cualquier persona con una cultura media y que deberían quedar claras.Primero, que el clima es, por su propia naturaleza, cambiante, o sea, que evoluciona de manera continuada. Únicamente en los planetas y cuerpos celestes muertos, como nuestra luna, eso no ocurre, ya que, al carecer de atmósfera apreciable, tampoco tienen clima en sentido propio.Sabemos perfectamente que éste experimenta oscilaciones a larguísimo plazo y otras en una escala temporal más reducida (aun así, larga para los patrones humanos), aunque nos hallemos lejos de comprender todos los detalles. Podría ocurrir que en la actualidad se estuviesen haciendo notar con más intensidad tales cambios, con las consiguientes repercusiones sobre los seres vivos de las zonas del planeta afectadas.Pero si fuese cierto que nos ha tocado vivir uno de esos periodos, y que por tanto nos encontrásemos expuestos a un fenómeno natural absolutamente irresistible con las posibilidades tecnológicas actuales, no nos quedaría más remedio que adaptarnos, tal y como, por lo demás, el ser humano siempre ha hecho, usando del ingenio del que está dotado (y por eso seguimos sobre la tierra). Hablar de "frenar el cambio climático" mediante medidas políticas o económicas sería, en estas circunstancias, un gigantesco fraude, un engaño masivo a la humanidad.Esto último sólo tendría algún sentido si se pudiese demostrar que el ser humano ha podido afectar de alguna manera al clima a escala planetaria mediante su actividad tecnológica. Y si es dudoso que estemos en una etapa de cambio climático excepcional, no digamos ya lo discutible que resulta que en menos de dos siglos de revolución industrial hayamos conseguido semejante "hazaña".Una cosa es que en zonas localizadas, como las grandes aglomeraciones urbanas, la acción del hombre modifique las condiciones climáticas superficiales, y otra que haya alterado el clima de todo el planeta. Ello no quita, por supuesto, que resulten positivos y se deban aplaudir los esfuerzos por obtener tecnologías menos contaminantes, pero, francamente, promover este objetivo infundiendo en la población un miedo semi-supersticioso a fenómenos no comprobados y que no entendemos bien es, como mínimo, deshonesto. O algo peor, cuando se hace con oscuras intenciones políticas.

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