domingo, febrero 25, 2007

Joaquin Leguina, un destello de socialismo sensato y español

TRIBUNA DE ACTUALIDADJoaquín Leguina: un destello de socialismo sensato y español
Santiago Abascal

Tan sólo son tímidos destellos, lejanas vocecillas, luces de cordura y sensatez, pero algo se revuelve en el PSOE contra la dinámica hiper-autonómica inaugurada por Zapatero.

26 de febrero de 2007. Son socialistas de carné, o sin él, gentes de izquierda que no abominan de la nación española y a quienes preocupa la relativización del hecho nacional español, la creciente desigualdad entre españoles y la merma de las libertades ciudadanas que la apertura brutal del melón autonómico está trayendo consigo. Los de carné hablan pocas veces -los izquierdistas alojados en el movimiento cívico ya lo hacen a menudo-, pero cuando lo hacen nos devuelven la esperanza como españoles. La izquierda necesaria, el socialismo español, una de las dos patas de la alternancia política, ha de ser tan española como la otra pata. Lo contrario nos aboca a horripilantes y desesperanzadores discursos; a las dos Españas, o pero aún, a la España y la anti España. Por eso debemos acoger con optimismo –y no con recelo- las palabras de Joaquín Leguina. Debemos leerlas y difundirlas, con generosidad, dejando de lado las tentaciones mezquinas de invalidar su discurso y sus aciertos de hoy por haberse plegado ayer a la discutida y discutible disciplina de partido. Ha dicho Joaquín Leguina: "Yo lo que me pregunto es por qué no se les ha exigido a los nacionalistas que sean leales con la Constitución, que les da muchas ventajas, y que si no son leales, por qué no cambiamos la ley electoral y vamos a otro escenario. Yo lo que achaco al presidente del Gobierno es que ha abierto un melón que no lleva a buen puerto, que afecta a la estructura del Estado". Ciertamente es una obviedad, pero es una obviedad bienvenida y que han de agradecer nuestros oídos por venir de donde viene y por decirla quien la dice. Pero Leguina ha ido más allá; se ha referido al ejemplo alemán, que tras muchas décadas de descentralización ha comenzado a revertir tal proceso en sentido opuesto: "En países tan serios como Alemania están rectificando ahora, después de muchos años de rodaje federalista. Como diría Machado, que no era nacionalista, no está el mañana en el ayer escrito". Pero se ha atrevido Leguina a señalar que echa de menos un acuerdo como el alemán entre los dos grandes partidos. Recordemos que hoy, en Alemania, ambos partidos gobiernan juntos mientras que en España las bisagras nacionalistas parecen predestinadas a apuntalar y chantajear a los gobiernos débiles. Alemania nos demuestra que es posible salir de ese chantaje permanente de los grupos minoritarios, que los dos partidos que representan la columna vertebral de la nación pueden, no sólo entenderse, sino cogobernar. Quienes nos encontramos en la órbita ideológica y partidaria de la derecha, pero tenemos nuestra preocupación en lo nacional, en las libertades y en la igualdad ciudadana, buscamos con fruición en los noticiarios, en las entrevistas, en los libros para encontrar nuestra alma gemela en una izquierda española posible. Leguina, Nicolás Redondo, Rosa Díez, Francisco Sosa Wagner y otros no nos dejan perder la esperanza.

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