lunes, febrero 19, 2007

Ignacio Villa, Nervios y mas nervios

martes 20 de febrero de 2007
Juicio 11-M
Nervios y más nervios
Ignacio Villa

No sólo es grave que Martí arremeta, cual policía político o censor franquista, contra la libertad de expresión, sino que su periódico se calle, demostrando así que están plenamente de acuerdo con las declaraciones de su empleado.

El juicio sobre la matanza de Madrid que se está desarrollando en la Casa de Campo esta agotando sus primeras jornadas. Por ahora, todo está transcurriendo más o menos como preveía el guión, aunque es evidente que ninguno de los que se ha sentado en el banquillo de los acusados parece dar el perfil que se le supone a un terrorista que pertenezca a una trama internacional de criminales islamistas. Pero, en todo caso, lo más llamativo no han sido las declaraciones de los diversos acusados sino el nerviosismo que desde el pasado jueves se percibe en el entorno del Gobierno, del PSOE y de sus terminales mediáticas.
Lo primero que no puede dejarse pasar sin crítica es el comportamiento de algunos miembros de la asociación de Pilar Manjón, que han dedicado estos primeros días a gritar e insultar a otras víctimas de los atentados de Madrid que estaban asistiendo al juicio en el lugar reservado para ellos. La gente de Manjón, desde el primer día, ha estado provocando al resto de las víctimas, como si todas las demás, por el mero hecho de pertenecer a otras asociaciones, no tuvieran derecho ni a asistir al juicio ni a expresar su opinión sobre los atentados. Parecen dispuestos a todo con tal de ostentar de cara a los medios del monopolio de representación de las víctimas del que carecen. Algo realmente bochornoso. Y esto, al margen de las habituales descalificaciones de Manjón hacia los medios que reclaman la verdad de lo ocurrido el 11 de marzo en los trenes de la muerte.
Es en este ambiente de nerviosismo en el que se enmarcan las declaraciones del corresponsal en París del diario El País, pidiendo en una televisión francesa el cierre de la COPE y El Mundo por mantener encendida una pequeña luz sobre la oscuridad que oculta la verdad sobre aquellos atentados. Octaví Martí se ha despachado hacia estos medios de comunicación haciendo gala de ese pensamiento único por el que tanta devoción profesan algunos. No sólo es grave que Martí arremeta, cual policía político o censor franquista, contra la libertad de expresión, sino que su periódico se calle, demostrando así que están plenamente de acuerdo con las declaraciones de su empleado. También es cierto que poco puede sorprender que el diario del Grupo Prisa de así un apoyo tácito a sus palabras.Estas son las dos últimas muestras de un nerviosismo que va a más en todo el entorno socialista. Y si con el juicio recién iniciado ya llegan a estos extremos, ¿qué cabe esperar cuando cinco meses es la duración mínima prevista del mismo? Van a acabar con las reservas de ansiolíticos de las farmacias.

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