viernes 9 de febrero de 2007
España ¿qué están haciendo contigo?
Félix Arbolí
S IENTO España tu pena y amargura y me causan dolor tantas traiciones, tanto afán de revanchas y ambiciones, o nostalgias de un ayer que no perdura. Yo comprendo tu angustia y desventura y me enervan el desdén de esas regiones que con absurdos complejos de naciones reniegan de tu sangre y tu cultura. Y me enojan las turbias intenciones, de quién busca el poder y su ventura alentando nefastas divisiones. O despierta en el pueblo las pasiones y pretenden con saña la locura de cambiar tu Bandera por pendones. El soneto que antecede a este artículo lo escribí cuando aún estaba en activo y ya son nueve años los que llevo con el sambenito de “fuera de servicio”. Han pasado cerca de diez años pero, desgraciadamente, la situación que me motivaron esos versos, a pesar del tiempo transcurrido, no ha perdido vigencia. A mi parecer, incluso se ha quedado “descafeinada” si consideramos con imparcialidad y absoluta objetividad lo que sucede en esta entrañable “Piel de Toro”, que la van a convertir, si Dios no lo remedia porque nuestros actuales políticos estamos seguros de que no lo harán, en la pezuña de un gorrino. Del resto, la voracidad de los que alardean de soluciones y no ofrecen ninguna viable y positiva, darán cumplida cuenta ladrillo a ladrillo, que es el “timo” que está ahora de moda, hasta dejar nuestra superficie geográfica totalmente desmantelada y cuarteada, sin que quede un simple rincón sin su correspondiente “bandera” y su inflado gobierno haciendo galas de un poder ilimitado dentro de sus límites, llamados ahora fronteras. Muy por encima del bien y del mal, sin nada ni nadie que pueda objetar ninguna de sus erróneas decisiones, aunque a cualquier ciudadano normal le costaría un serio disgusto. Ellos tienen en mente, como único y plausible objetivo, la separación definitiva de la patria común cuya unión le supone una onerosa supeditación y deshonra. Sin olvidar mientras disfrutan las mieles del poder asignarse sueldos, dietas y otras bagatelas de escándalo, para asegurarse un futuro libre de estrecheces y dificultades económicas. Hay presidentes de estos entes nacidos al socaire de una Constitución no muy estrictamente interpretada, que perciben más emolumentos que el propio presidente del Gobierno. Y si en tiempos del llamado “odiado Dictador”, teníamos que hacernos cargo de las necesidades y caprichos de una familia, ahora con la bendita y nunca suficientemente ponderada democracia, hemos de soportar y hacernos cargo de las necesidades y caprichos de diecisiete presidentes, con sus correspondientes consejeros o “ministros de esos mini gobiernos” y de otros tantos parlamentos con sus correspondientes diputados. Es decir, un gasto a costa de nuestro trabajo e impuestos multiplicado por diecisiete. ¡Pero España va bien! ¿Para quién…?. ¡Es penoso contemplar impasible la desastrosa actualidad en la que todos hemos convertido a nuestra querida España!. Rojos, azules, negros, verdes y amarillos, somos responsables de esta tremenda debacle. Unos, por erróneas decisiones gubernamentales y recordados enfrentamientos, cuando el pueblo español iniciaba un periodo de calma, de superación de atávicos problemas y de mutua esperanza en un futuro más digno y confortable que el que tuvimos que padecer los de mi generación. Otros, por su constante cacareo que, como refunfuños de niños cabreados y afanes de recuperar un protagonismo del que creían poseer la exclusiva, se afanan en enconar aún más la situación sin ofrecer las oportunas y necesarias soluciones que animen y entusiasmen a su propio electorado y a los posibles indecisos. Sin omitir tampoco a los que avivan el fuego de la discordia con sus comentarios en la prensa, radio y televisión, siguiendo las consignas del “cacique” o “mafioso” de turno, que paga sus lujos y caprichos a base de sueldos astronómicos y espacios destacados en sus medios de comunicación, convirtiéndoles en voceros y augures de la política que les conviene. También debe figurar en esta lista de despropósitos que están hundiendo a España y socavando la credulidad y buena fe de los españoles, algunos representantes de nuestras instituciones judiciales que olvidando su honrosa y trascendental misión de arbitrar y corregir malévolas acciones, impartiendo con honestidad y total neutralidad la justicia, se dejan manejar con fidelidad canina por los que les han designados para ocupar el cargo. Y ello, a veces, les hace tomar decisiones de suma importancia en la vida nacional siguiendo los dictados de su protector. Estamos avocados a un continuo rin-rin entre unos partidos y otros. Sin treguas ni medias tintas. A lo bruto y descarado. Cualquier tragedia, atentado, río que se desborda, barco que se escora y vierte su tóxico y dañino contenido en nuestras costas gallegas o andaluzas, la lluvia que se hace incontenible e inunda a la ciudad, las manifestaciones contra ETA, etc, etc, dan lugar a un cruce de descalificaciones, buscar responsables donde no los hay y largar a diestro y siniestro aquellas palabras y sentencias que más puedan doler y ofender al adversario, a base de engañar y envenenar al ciudadano de la calle. La Iglesia, no la que fundó Cristo y legó a sus Apóstoles con las más claras y sencillas explicaciones sobre su misión y fundamento, sino la que erróneamente están interpretando y representando algunos de sus actuales ministros y dirigentes, es otra muralla más que se alza frente a la tolerancia y buenas maneras que deben regir nuestro cotidiano existir. Son los que niegan el funeral a una víctima de ETA, porque no les parece adecuado, pero sí que se oculten los terroristas en el templo y celebren en sus dependencias reuniones y proyectos determinantes de muertes. Quedé sorprendido y dolido de que esta fuera mi iglesia, en un documental que tuve la oportunidad de ver en televisión. En él, el periodista se hacía pasar por familiar de una victima de ETA y se entrevistaba con el párroco de varias iglesias vascas intentando ofrecerle un funeral al difunto. No pudo conseguir su cristiano objetivo, ya que en todos los templos obtenía la negativa a dedicarle ese funeral, en cuanto les decía que era un asesinado por la ETA. La excusa era que solo podían hacerlo dentro de una misa en la que se mencionara, en unión de los otros difuntos participantes, el nombre de ese familiar, sin especificar las circunstancias de su muerte y tampoco dedicarle el “Santo Sacrificio” en exclusiva. Se ofrecía a través de cámara oculta la iglesia visitada, el sacerdote entrevistado y hasta el nombre de éste, ajeno a que lo estaban filmando para que todos se enteraran de su sacrílega villanía. Su total desacuerdo con ese Cristo al que tan equivocadamente intentaba representar. Cuervos en su aspecto exterior y buitres en su interior. El Obispo de Bilbao y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, (me sorprende que un sacerdote vasco se involucre en un organismo que representa a todo el clero español), ha hecho unas tardías manifestaciones sobre la culpabilidad de la iglesia vasca respecto a la solidaridad con las víctimas de esa banda de pistoleros a sueldos. “Las víctimas forman parte de la memoria de un horror del que no somos totalmente inocentes”. (Menos mal que ha dicho “memoria del horror y no histórica”). ¡Y ahora se da cuenta el Obispo de Bilbao de que su iglesia, no la mía, por cierto, ha sido la tapadera y eficaz aliada de los matones y enemigos de la paz!. ¿ Qué opinan los curas del documental citado sobre las declaraciones de su obispo?. Me figuro que lo mismo que yo de lo que ocurra y se diga en el interior de una mezquita. Las manifestaciones son otro punto que deseo tocar. Yo, lo he dicho muchas veces, soy enemigo acérrimo de concentraciones de masas con o sin causa justificada. Me parece una inutilidad pretender que con esa demostración estemos ganándole la batalla a ETA. (No me despedacen antes de tiempo, déjenme terminar). Opino todo lo contrario. Contemplando esas protestas callejeras, páginas dedicadas en la prensa y espacios cubiertos por la televisión y la radio, les demostrará que sus métodos causan el efecto deseado y perseguido: llamar la atención en toda la nación y en el plano internacional sobre su existencia, fortaleza y capacidad operativa. Ver que sus métodos producen la consternación general y podrán obligar al gobierno y a los políticos de turno a doblegarse ante sus chantajes y las nefastas consecuencias que pueden producirse si los ignoran. ¿Creen de verdad, con sinceridad, que la vista de esa “marea humana” exhibiendo pancartas, dando consignas que les causará risas y euforia a los amantes de apretar el gatillo junto a la nuca de la desprevenida víctima y proclamando a los cuatro vientos el dolor y la indignación que les produce su execrable acto, les ablandará el corazón a esos asesinos, les causará miedo o les inducirá a no volver a cometer más atentados?. Para ellos supondrá el logro de uno de sus principales objetivos que es llamar la atención, propagar a los cuatro vientos que constituyen una organización activa y bien organizada, capaz de burlar las máximas medidas de seguridad y el que se les tenga en cuenta en ese “ futuro Euskadi independiente”, en el que no solo ellos están involucrados y donde si el cuento de la lechera se hiciera esta vez realidad, ellos serían los gloriosos “gudaris” de esa “brigadoniana nación”. Al enemigo ni agua y al diablo mejor no mencionarlo. Esa es mi teoría que doy por sentado pueda o no estar equivocada, pero es mi manera de pensar y mi sinceridad en exponerla. Yo sé que más de un exaltado, de los que se creen depositarios únicos de los valores patrios, me estará excomulgando y llamándome de las mil maneras que tiene nuestro vocabulario para ofender a una persona. Soy consciente de ello. Pero tengo amplias espaldas para soportar tales ultrajes e incomprensiones. Espero que no me pase lo mismo que al ilustre diputado don José Calvo Sotelo, cuando las pronunció en el hemiciclo y fue trágica y cobardemente asesinado por los del Frente Popular y el propio gobierno de esa “venerada Segunda República”, defensora irrefutable de la libertad, para matar con nocturnidad y alevosía al que disentía de sus esquemas políticos. Y conste que no considero mal régimen una República como las que rigen la mayoría de los países occidentales con eficacia, orden y respeto a los derechos del adversario. Aunque puse mi entusiasmo y esperanza en el reinado de Don Juan Carlos y Doña Sofía, hasta que sus hijos alcanzaron la mayoría de edad y estrenaron el libre albedrío. En resumidas palabras que esta madeja de lana en la que hemos convertido a España y sus circunstancias sociales, políticas, económicas y hasta religiosas, se ha hecho un tremendo lío que no hay forma de desenredar. Y cuanto más lo intentan unos y otros con buena o mala fe, más enredada queda. ¿Qué vá a pasar?. Sólo Dios lo sabe y a El debemos tenerlo un poco harto y excesivamente abandonado para que pierda su valioso tiempo en enmendar tantos desafueros y terquedades de esta jaula de grillos enloquecidos.
jueves, febrero 08, 2007
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