viernes, febrero 02, 2007

Barcelona

sabado 3 de febrero de 2007
Barcelona
Gaudí era un genio, además de otras cosas buenas que no vienen al caso. Él fue vanguardia en su época, como lo fueron Isaac Albéniz, Josep Carner o Joan Miró. Son hijos de una Barcelona pujante y emprendedora que ha tenido siempre la oreja pegada a los Pirineos para tomar nota de los últimos istmos. Igual que llegó la modernidad a la ciudad condal, atracan ahora en su puerto las excentricidades de la postmodernidad. Por eso me gusta mirar siempre a Barcelona, para saber lo que se nos viene encima.
Allí acaban de multar a un mosso d"esquadra por obligar a vestirse a un tipo que iba desnudo por la calle. Ignoraba que el ayuntamiento no sólo no lo prohíbe, sino que lo aplaude. Cosa distinta es que el capullo fuese fumando o con una copa de vino en la mano. Es el mismo consistorio que produce ordenanzas para multar -"en aras a la convivencia"- a las prostitutas callejeras, a vendedores del top manta y a la mendicidad agresiva.
De esa Barcelona pionera sale la mujer de 67 años que mintió sobre su edad para conseguir ser madre por fecundación in vitro. Los mellizos tendrán madre y abuela a la vez, lo cual es el colmo del progreso.
Los okupas, que son los jetas vanguardistas, son mimados en el barrio gótico, y la propiedad privada ya se pinta con rasgos medievales.
Esa ciudad multicultural colabora con la Ashura de los chiitas porque es ejemplo de "tradición vivida pacíficamente". Indescifrable, porque las guarderías públicas eliminaron de sus belenes las figuras de la Virgen, San José y el Niño para construir paisajes de invierno.
Las vanguardias dejaron en Barcelona una catedral espigada, el palacio de la Música, la Sagrada Familia? Hay cultura suficiente en esa ciudad para discernir las innovaciones valiosas de las extravagancias.

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