Ernesto Ladron de Guevara, Simulacion de democracia

lunes 23 de agosto de 2010

Simulación de democracia

Ernesto Ladrón de Guevara

L OS ciudadanos perciben a los partidos como un problema y no como una solución en las últimas encuestas de opinión, Suelen decir que la democracia es el mejor sistema político dentro de los posibles, y yo estoy de acuerdo, si lo que llamamos democracia lo fuera de veras y no esta falacia. También nos suelen decir que los partidos políticos articulan la democracia en España, identificando a ésta con los mismos. Sin embargo, eso podría ser cierto si los partidos fueran estructuras realmente democráticas, cosa que dista muchísimo de ser realidad.

A nadie se le oculta ya que en los partidos nada se mueve fuera de la voluntad de sus cúpulas. No hay más que ver ese simulacro de primarias que se nos está vendiendo desde el Partido Socialista madrileño. El mismo Tomás Gómez no tiene recato en afirmar que, si él gana, Zapatero saldrá reforzado. Con lo cual lanza el mensaje a la dirección de su partido de que él no es un peligro para el futuro del inepto por antonomasia que está hundiendo a España en todos los órdenes. Incluso en los que afectan al propio ideario igualitario del socialismo de cartón que se predica de izquierdas mientras enriquece como nadie a los poderes fácticos del gran capital. Si yo estuviera en ese partido no votaría ni a Trinidad ni a Tomás pues representan, al decir de los mismos, la cara de la misma moneda, es decir Zapatero y sus desastres. A mí me da por pensar que a lo mejor intentan engañarnos como a pardillos centrando los focos en una pugna interna con apariencia de luz y taquígrafos que nada tiene que ver con una verdadera liza interna por el poder interno entre opciones alternativas. ¿Han oído ustedes alguna idea novedosa o alguna propuesta en términos políticos que invite a pensar que se presentan posibilidades contrapuestas en el campo de la regeneración política? Es una aparente pelea en términos personalistas y dentro de un orden perfectamente controlado desde el poder oligárquico de un partido que sigue a machamartillo aquello de un tal Guerra que decía que el que se mueve no sale en la foto.

Esto es una democracia de pesiglás. Si realmente hubiera democracia en los partidos, tal como establece el artículo 6 de la Constitución Española, no habría voto imperativo -también lo ordena la Constitución- en los parlamentos. Si hubiera democracia real y no de celofán, no se permitiría el incumplimiento de las promesas electorales, y más aún, se retiraría la confianza y el apoyo a aquellos ejecutivos que hacen justamente lo contrario de lo prometido en los programas electorales. Si hubiera democracia real se censuraría la mentira sistemática y el engaño, por ser moralmente insostenible en términos democráticos. Si hubiera democracia verdadera se perseguiría el nepotismo y la corrupción, caso Estepona donde se está batiendo el récord de familiares y amiguetes enchufados a los beneficios del erario público. ¿Hacemos una prueba? Busquen, por ejemplo, algún familiar directo del presidente del Senado que no haya sido beneficiado del entramado del poder. (Es un ejercicio de investigación periodística muy interesante). Etc. Y si nos vamos al otro lado, al del Partido Popular, probablemente la historia se repetiría, aunque en menor grado. Y no digamos en los partidos nacionalistas, donde este asunto es de juzgado de guardia.

Si hubiera democracia en sentido estricto se cesaría, por ejemplo a un alcalde irresponsable, como el de Toledo, que organiza una traca festiva con tal potencia de onda expansiva que ha decapitado una de las figuras que adornan las arquivoltas de la catedral poniendo en peligro alguna cabeza de los fieles que salían de un oficio religioso en ese momento. Es decir, que lo que ha superado guerras, efectos climáticos, y el paso del tiempo durante medio milenio se ha descalabrado sin que pase nada ni nadie pida cuentas.

Si hubiera verdadera democracia se removería de su cargo a un señor que se apellida Blanco pero que es de color negro para la economía de las familias y las clases medias, que nos amenaza con nuevas subidas de impuestos para resolver un problema que él, junto a sus compañeros de Gobierno, ha creado, que es la retracción de la inversión pública poniendo a las constructoras al píe de los caballos por una política de gasto disparatada e infructuosa, para beneficiar a sus amigos y hacer populismo electoral.

Si hubiera verdadera democracia en los partidos políticos habría listas electorales abiertas en las elecciones representativas y los elegidos tendrían que rendir cuentas a su circunscripción antes que a sus partidos. Los acuerdos institucionales se realizarían en sede parlamentaria y no entre las cúpulas partidarias. Los partidos políticos serían un mero instrumento para la organización de las opciones ideológicas depositándose la capacidad de decisión real en las cámaras parlamentarias. Gobernaría la opción mayoritaria sin ser condicionada por partidos que tienen una presencia residual. Etc, etc, etc.

¿Alguien con sentido común e información suficiente sigue pensando que existe verdadera democracia?

Nadie duda hoy de que la clase política ha ido a menos, que el nivel político y de las individualidades que participan hoy del ruedo político se han deteriorado hasta límites alarmantes, y que estamos en proceso de italianización de la democracia. Eso tiene una causa: el navajeo interno en los partidos políticos espanta a las personas más capacitadas y valiosas quedándose la morralla. Quien haya participado de la vida interna de los partidos lo sabe. Con lo cual, el paso del tiempo produce una degradación de la calidad del elemento humano que comparte las interioridades de las organizaciones, produciendo una percepción negativa de la política y ahuyentando a quienes no necesitan de esa actividad para desarrollar su proyecto personal de vida. Ello degenera en una visión muy negativa de algo en origen tan noble como servir a los demás en la administración de los intereses generales.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5810