martes, agosto 17, 2010

Luis Miguez Macho, El peligroso año que le queda a Zapatero y la que le espera

martes 17 de agosto de 2010

El peligroso año que le queda a Zapatero y la que le espera

Luis Míguez Macho (Elsemanaldigital.com)

S U empeño inquebrantable por agotar la legislatura "cueste lo que cueste" puede salirle muy caro, y no solamente a él, cuya suerte política probablemente ya esté echada desde hace tiempo.

En este verano se está dibujando un panorama político complejo y preocupante para el próximo curso político, a causa de la debilidad cada vez mayor de la posición del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Su empeño inquebrantable de agotar la legislatura "cueste lo que cueste" puede salirle muy caro no tanto a él, cuya suerte política probablemente esté ya echada, como al país en su conjunto.

Un presidente muy debilitado

No es novedad que un gobierno sin mayoría absoluta se tenga que apoyar en grupos parlamentarios minoritarios y, en especial, en los nacionalistas. Ocurrió en los últimos tiempos de Felipe González y en los primeros de José María Aznar. Pero ni siquiera en el declive del felipismo el jefe del Ejecutivo se hallaba en la precaria situación en la que ahora se encuentra José Luis Rodríguez Zapatero.

Lo que está ocurriendo en Madrid, la primera gran crisis interna que afronta Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE, es la prueba de que esa percepción ha penetrado hasta en un partido tan disciplinado como el suyo.

Al final, es igual quién sea el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid; nadie puede pensar seriamente que dos fracasados políticos como Tomás Gómez y Trinidad Jiménez sean capaces no ya de ganar en las urnas, sino de privar de la mayoría absoluta a una política del peso de Esperanza Aguirre. Y si existiese la más remota posibilidad de que ello ocurriese, el lastre electoral que hoy supone Rodríguez Zapatero ya se encargaría de mandarla al fondo. Lo importante de la crisis madrileña es que lo que tiene de indicativo de la pérdida de autoridad del presidente incluso dentro de su propio partido.

Lo que le espera al presidente a la vuelta de vacaciones

En este contexto, el primer gran problema que le espera al jefe del Ejecutivo a la vuelta de las vacaciones es reunir los apoyos necesarios para aprobar los presupuestos generales del Estado. En la actual situación de crisis económica una prórroga presupuestaria no es concebible, por lo que tiene que conseguir esos apoyos "cueste lo que cueste".

Como antes apuntaba, la solución se la ofrecerán los nacionalistas, PNV y CiU, al igual que han hecho en ocasiones anteriores. La diferencia es que la debilidad de Rodríguez Zapatero provocará que el precio sea más alto que nunca.

Ni los nacionalistas vascos ni los catalanes están ocultando cuál será ese precio. Ya no se trata de pedir privilegios económicos en forma de inversiones adicionales, o de arrancarle una transferencia más al Estado; el PNV, sin renunciar al desarrollo total del Estatuto, reclama la derogación de la Ley de Partidos o de su "desactivación" para que la "izquierda abertzale", es decir, ETA, siga en las instituciones públicas, y CiU exigirá las medidas legislativas necesarias para burlar la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Cualquiera de esas cesiones es susceptible de provocar una gravísima crisis constitucional. Y si a eso le sumamos la pérdida del gobierno catalán por el PSC en otoño y un posible descalabro del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas de primavera, que minaría todavía más al gobierno, la conclusión es que José Luis Rodríguez Zapatero nos va a regalar un periodo de final de mandato de verdadera pesadilla.

El cambio necesario en el PSOE

No es suficiente que Rodríguez Zapatero pierda las elecciones generales de 2012 y abandone la presidencia del Gobierno. Él y lo que representa tendrían que ser sustituidos por un nuevo liderazgo del PSOE que vuelva a la senda de la responsabilidad y aborde de una vez con el PP los grandes acuerdos de Estado necesarios para que la voluntad de la inmensa mayoría de los españoles (en términos electorales, alrededor del 80% de los votos) se imponga frente a la presión de las minorías ventajistas.

No hablo de una "gran coalición" a la alemana, ni de pactos imposibles y probablemente indeseables en materias en las que en democracia es bueno que haya opciones ideológicas distintas. Hablo de cuestiones tan simples como que la aprobación de unos presupuestos generales del Estado no pueda poner en peligro la lucha antiterrorista o el respeto a la Constitución y a las reglas del Estado de Derecho.

Para ello no hace falta ninguna reforma electoral de viabilidad y éxito más que dudoso. Bastaría patriotismo, responsabilidad y sentido de Estado en los dos grandes partidos nacionales. Habrá quien piense que es mucho pedir, pero en ello nos jugamos la estabilidad de nuestro sistema democrático y, lo que es más importante, el ser capaces de extraer del mismo todas nuestras posibilidades como país.


http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=2479

No hay comentarios: