Felix Arbolí, Hay que estar a las duras y a las maduras

miercoles 25 de agosto de 2010

Hay que estar a las duras y a las maduras

Félix Arbolí

ANTES fue lo del Alakrana, el atunero vasco que faenaba en aguas internacionales del océano Índico y fue secuestrado en octubre del pasado año por piratas somalíes. Dicen que este barco, al igual que otros vascos, nada más salir a alta mar guardaban la bandera española e izaban la “Ikurriña”. No lo sé, ni quiero entrar en polémicas, pero si es así, navegaba sin que ondeara en su mástil una bandera reconocida oficialmente como símbolo de una nación. Y por lo tanto faenaba sin derecho a la protección y las garantías de todo buque legalmente abanderado. Cuando nuestro Ejército realizaba unas maniobras en el monte Gorbea, su mando fue amonestado y recibió una severa reprimenda por consentir que en dicho monte las fuerzas a sus órdenes colocaron la Bandera de España, aunque dicha cima y todo el escenario geográfico donde se realizaban esos ejercicios castrenses, fuera tierra española, le pese a quienes le pese. Hoy por hoy, que mañana Dios dirá. Las protestas surgieron de las autoridades vascas y nuestra ministra Chacón, catalana por más señas, como tantas otras veces, dio el do de pecho en su repulsa a todo lo militarmente correcto.

Luego resulta que cuando ocurre el incidente del “Alakrana”, las autoridades regionales vascas, que antes alardeaban de nacionales y autosuficientes, junto a otros muchos ciudadanos, que no se consideran españoles, recurren a España y a su gobierno, que también es el suyo, y les insisten en que abonen el precio del rescate y libere a esos marineros vascos, a pesar de que izaban como su única y válida bandera a la “Ikurriña”, que en nada nos afecta al resto de los españoles. Y con ese “quijotismo” que nos caracteriza y esa bajada de pantalones generalizada, acudimos en su ayuda, pagamos el rescate, liberamos a los piratas somalíes detenidos, -que supone negociar con secuestradores y terroristas por parte de un gobierno- y devolvemos a los marineros a sus casas en aviones fletados especialmente por el Ejército español. Ese mismo ejército al que le protestaron que hicieran sus maniobras y colocaran la Bandera nacional en la cima de ese monte. Entonces no eran españoles y ahora si lo son y además exigentes en sus peticiones, como si ese incidente, por faenar en aguas del Índico fuera de la zona protegida, fuera nuestra responsabilidad. No es que sienta que liberaran a esos hombres. Todo lo contrario, me alegro y pienso en lo mal que lo estuvieron pasando sus familiares mientras esperaban la solución del conflicto, pero sí quiero resultar que como dice el refrán hay que estar a las duras y a las maduras. No decir hoy soy vasco y no quiero nada de España y mañana, cuando se ve con la cuerda al cuello y se da cuenta que su gobierno regional carece de medios y recursos para solucionarles la papeleta, pedir que España acuda en su ayuda y pague y haga lo que le digan para salvar a sus hombres, a los que su “Ikurriñña” no pudo liberarles. Más aún, solicitan a la ministra de Defensa, la inefable Carmen Chacón, que embarque en los barcos atuneros infantes de Marina para que les protejan y defiendan de futuros ataques y secuestros. Ahora si quieren “soldaditos” españoles…

Con los cooperantes catalanes ha ocurrido algo semejante. Siempre que se han mencionado se ha hecho resaltando “cooperantes catalanes”, para que no los pudieran confundir con los del resto de España. Hasta en las manifestaciones callejeras pidiendo su rescate, se utilizaba el catalán, aunque iban dirigidas al gobierno de España, exigiendo su liberación costase lo que costase. Parecía que todos estábamos en deuda con esos hombres que fueron a ayudar a los pobres de un país musulmán y les pagaron su generosidad secuestrándoles los de Al Qaeda y reteniéndoles durante nueve meses, hasta que el recurrido y siempre presto gobierno español, -nada de gobierno central o de la nación, sino español, para distinguirlo del catalán como si se tratara de un gobierno paralelo y distinto-, volvió a interceder, mover influencias, sacar dinero en cantidad de los fondos públicos y fletar nuevamente aviones del “odiado” Ejército español para llevar a las esposas y traer a los secuestrados a su Cataluña natal, que a pesar de su potente Generalitat y a sus costosas embajadas no ha sido capaz de liberar a sus hombres, ni abonar rescate alguno. ¿En qué quedamos son españoles o sólo les interesa España para salir de sus apuros?.

Conste que me alegro asimismo de esta liberación, pero me gustaría que tuvieran más en cuenta estos detalles y obraran en consecuencia, no sólo cuando le ven las orejas al lobo y sus próceres no son capaces de hacer nada. Que me perdonen los catalanes de buena fe, pues no va contra ellos.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp