miercoles 18 de agosto de 2010
Más banderas que un 20-N
José Luis Barceló (Elsemanaldigital.com)
T ODAVÍA quedan banderas españolas colocadas en los balcones de las casas y en las antenas de los coches y camiones que circulan por las carreteras de este agosto sin fin.
Lo que ha ocurrido en España es sano: se ganó un torneo de fútbol muy importante a escala mundial y se han trivializado algunos aspectos y costumbres sobre los que estaba comenzando a haber complejos. Me refiero, por ejemplo, al hecho de llevar la bandera de España en cualquier lugar y situación.
Hemos visto más banderas colgadas en los balcones de las casas de los sufridos españoles que en cualquier otra ocasión en nuestra vida, incluso más que un 20-N en la Plaza de Oriente. Y eso es sano, porque se normaliza su uso. Hoy ya no hace falta ser un "facha" para llevar la banderita en el coche o en un cinturón. Hasta poco antes de que comenzara el Mundial de Futbol, llevar la bandera nacional en este país constituía toda una osadía. Hoy, con la auténtica heroicidad de nuestros jugadores de futbol, la bandera se ve por todas partes como una cosa de lo más normal.
Y eso es lo que tiene que ser. Todas las veces que he viajado a Francia o a Estados Unidos he sentido una enorme envidia por la manera en que tratan su bandera. He visto señores mayores llevar con orgullo su bandera nacional en la solapa de su chaqueta, sin tener que aguantar insultos. El mismo Presidente de los Estados Unidos, Obama, la lleva en la mayor parte de sus comparecencias y actos públicos. Incluso algunos restaurantes y hamburgueserías de carretera tienen izadas banderas por las autopistas que cruzan Estados enteros y eso parece de lo más normal.
Debe provocarnos alegría el hecho de que hayan sido los españoles los que han sacado las banderas a la calle como la cosa más natural. No hace falta que nadie le diga a un español cual es su bandera ni cuando la tiene que sacar. Los españoles somos gente que nos activamos todos juntos a la vez, y pocas veces en la historia hemos aceptado que nadie nos tenga que decir cuando hay que sacarla para defenderla: estamos colectivamente automatizados.
Pero es que en nuestro país de un tiempo a esta parte se ha entendido la bandera como una cuestión de política, y ese es un gran error que se paga caro. No se puede hacer política con la bandera, como tampoco con la manera en la que cada uno sienta la manera de ser español. Evidentemente, se puede ser español y republicano a la vez, como también se puede ser de izquierdas y ser español. Debería entenderse que todos somos españoles, y que puede ser español de muchas mareras.
Yo me alegro de pertenecer a un país que se siente orgulloso de su historia y en el que, en contadas ocasiones, todos nos ponemos de acuerdo para hacer las cosas en una misma dirección, la del éxito.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=2483
miércoles, agosto 18, 2010
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