sábado, febrero 02, 2008

Jose Melendez, Una decision polemica y una reaccion desorbitada

sabado 2 de febrero de 2008
UNA DECISIÓN POLÉMICA Y UNA REACCIÓN DESORBITADA
José Meléndez

L A decisión del Episcopado de pedir a los católicos, así como a todos los que quieran escuchar las razones que alegan, que no voten en las próximas elecciones generales a los partidos que negocian con los terroristas, es de por sí polémica y de un largo alcance en el difícil momento político y moral que vivimos en España. No hace falta recurrir una vez más a Montesquieu para establecer que la Iglesia tiene un papel pastoral, perfectamente definido al margen de la política, como defensora de los principios del Dogma y como consejera de la conducta moral y espiritual de la masa católica. Las parcelas que se delimitan en la división de poderes que debe regir a toda sociedad justa, requieren un respeto mutuo en el desempeño de sus menesteres. Y es aquí donde muchos encontrarán polémica la decisión de los obispos

Hay que buscar, por lo tanto, las razones que han llevado al Episcopado a dar este importante paso. La primera es que cuando ha sido invadida la parcela religiosa con actos y legislaciones que van contra sus postulados, es justo reconocer el derecho de la Iglesia a defender sus posiciones y de orientar en ese sentido a sus fieles. Para los obispos una sociedad que quiere ser libre no puede reconocer a una organización terrorista que mata y extorsiona como representante de ningún sector de la población ni puede tenerla como interlocutor político, sin que sea necesario recordar aquí otros ataques a los principios cristianos como son las prácticas abortivas, el tratamiento de la familia o el derecho a enseñar en los colegios la doctrina católica. El enjuiciamiento de las acciones de la Iglesia queda para la conciencia individual y sagrada de cada persona, que puede acatarlas o no.

Pero la reacción oficial a la recomendación del Episcopado ha sido cuando menos desorbitada- El gobierno de la nación y el partido que lo sustenta han saltado de forma airada en un contraataque que se apoya en lo que ya viene siendo endémico en esta legislatura a punto de terminar: la mentira y la manipulación. Entre toda la suerte de denuestos que componen la respuesta, destaca como ejemplo de manipulación la afirmación del portavoz socialista Diego López Garrido de que, según los obispos, no podría votarse a ningún partido porque todos los gobiernos anteriores al actual han negociado con ETA.

Cuando un país sufre como el nuestro la dentellada del terrorismo, es lícito e, incluso, obligado que busque caminos de diálogo para tratar de resolver el problema. Eso hicieron los gobiernos de Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar para explorar las posibilidades de que alguna de las diez treguas anunciadas por ETA en su sangriento historial pudiera convertirse en definitiva. Suárez lo intentó en 1.977 y desistió cuando vio que ETA se enrocada en exigir la “alternativa KAS”. A Felipe González le pasó lo mismo en las conversaciones que Rafael Vera sostuvo en Argel con Eugenio Echeveste “Antxon” y desistió ante la cerrazón etarra. Y José María Aznar siguió el mismo camino en las conversaciones de Suiza al constatar que la banda no tenía ninguna intención de rebajar sus pretensiones. Y estos tres intentos duraron poco porque los tres gobiernos las cortaron al ver que los etarras no tenían ninguna intención de ceder en sus demandas.

Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido su “proceso de paz” durante años y ha llegado mucho mas lejos en sucesivas negociaciones, en las que ha ido cediendo a las pretensiones etarras, como, por ejemplo, la aceptación de las dos mesas, la “militar” y la “política”, brindando a los etarras “gestos amistosos” como el repugnante tratamiento al asesino De Juana Chaos, la negativa a ilegalizar al partido de las Nekanes y la farsa jurídica de aceptar que se presentaran a las elecciones municipales unas listas sí y otras no del partido ANV, negándose una y otra vez a ilegalizarlo por falta de unas pruebas, que eran las mismas que ahora, ante la inminencia de las elecciones generales, sirven para borrar a ANV del mapa electoral.. Zapatero llamó “hombre de paz” a Arnaldo Otegui y después lo ha metido en la cárcel cuando ETA rompió las negociaciones; llegó a decir que el panorama era optimista el día antes de que el aparcamiento de la T4 saltara por los aires con la muerte de dos ecuatorianos y desde entonces hasta ahora no ha dicho con rotunda claridad que no habrá más negociaciones con ETA y cuando lo insinuó después del atentado de Barajas ha confesado ahora que había mentido porque los intentos de reanudar las negociaciones han seguido produciéndose hasta ahora. Por eso mantiene abierta la autorización del Parlamento, rechazando su partido hasta tres veces la propuesta del PP de cancelarla.

No se pueden comparar, por lo tanto, las actuaciones de los tres presidentes anteriores con la de Zapatero. Ni Suárez, ni González ni Aznar cedieron lo más mínimo, no se comprometieron a nada y cortaron las conversaciones tan pronto como vieron su inutilidad. Sin embargo, Zapatero ha insistido –insiste todavía- y no ha dudado hasta en comprometer la dignidad de la nación que representa en su empeño de pasar a la historia como el pacificador de Euskadi. Por eso ha intentado limpiar de obstáculos el camino de su “proceso de paz”, como la abolición de hecho del Pacto Antiterrorista –el arma mas eficaz que hemos tenido en la lucha contra el terrorismo- o la resistencia numantina hasta el último momento de ilegalizar a los partidos satélites de ETA. Si gana las próximas elecciones volverá a intentarlo.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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