viernes 22 de febrero de 2008
A la espera de los debates
POR GERMÁN YANKE
Que la campaña comience hoy resulta una broma después de las semanas precedentes en las que se han multiplicado los mítines, las promesas electorales y las descalificaciones mutuas. Si los carteles y los anuncios no han pedido formalmente el voto hasta hoy, no se puede decir que este no haya sido reclamado ni que se haya obviado la presentación de los males que supone votar al adversario.
«Ahora se desacreditarán unos a otros», se oye decir a los más mojigatos, porque no faltan los que creen que la campaña inicia el periodo de los insultos. No hay que echar en saco roto este tópico ya que vamos viendo que la política se desliza hacia un tipo de debate que poco tiene que ver con el contraste de políticas distintas. Si desgraciadamente los partidos tienen ya poco de cauces para el debate y se han convertido en maquinarias de poder, la discusión ha perdido el tinte de la confrontación ideológica hasta el punto de parecer más importante evitar el voto al adversario que conseguirlo para uno mismo.
La estrategia del PSOE -la famosa «tensión»- consiste en hacer visible antes quienes le apoyaron y se pueden sentir ahora desencantados los «peligros» que hipotéticamente supondría el triunfo del PP. Que se prime esta actitud a la de la exposición de logros en esta legislatura revela la debilidad intelectual del partido gubernamental, que ha optado por un programa por adición en vez de una propuesta elaborada desde principios ideológicos.
El ejemplo francés
Funcionó el método en 2004, bien es cierto que en circunstancias especiales, pero no sirvió en las últimas elecciones municipales, en las que el PP obtuvo en toda España más votos, lo que no deja de ser un síntoma. En Francia, asimismo, no tuvo ningún éxito el programa «todo salvo Sarkozy» animado por cierta izquierda y rechazado por la mayoría. Aquí, el PSOE confía en la mayor inclinación del electorado, según las encuestas, hacia la izquierda, pero no deja de ser peligroso porque el «miedo» a la derecha no elimina el desencanto de muchos votantes ante los síntomas de falta de energía de la acción gubernamental y la aparición de problemas, entre ellos los económicos.
El PP, por su parte, pretende evitar precisamente que los votos «prestados» por el electorado en 2004 se mantengan en las arcas de los socialistas más que conseguir nuevos para su opción o, si no nuevos, los que ya tuvieron en 2000 cuando ganó los comicios con mayoría absoluta. La descalificación del PSOE y su Gobierno tiene un lugar principal en la estrategia por si cala el mensaje de que no se puede votar a quienes han mentido sobre la negociación con ETA o no han sabido administrar una buena «herencia» económica, etc.
A lo largo de estos cuatro años -incluso más: también cuando gobernaban-, la derecha ha mantenido sus electores pero se ha mostrado incapaz de ilusionar a otros con la pedagogía y la actitud precisas para explicar un programa y una alternativa. Hay en la derecha una cierta concepción de las elecciones como una suerte de oposiciones, en las que lo lógico sería que ganase el mejor desarrollo de los temas y los equipos, que es lo que creen tener.
Nadie duda de que ya está todo programado, las convocatorias y hasta el empeño porque el titular de cada día sea el que está previsto por los estrategas. Cambiar ahora de estrategia parece complicado, pero tampoco estaría de más, cuando unos y otros confían tanto en los debates para deshacer el empate técnico, recordar uno de los más famosos, el que enfrentó a Kennedy y Nixon en 1960. Mucho se ha hablado sobre el mal maquillaje y el sudor del entonces vicepresidente, pero, con el tiempo, los analistas coinciden en que la virtud de Kennedy para terminar con el empate de los sondeos -que era incluso mayor que el de hoy en España- estuvo en la elegancia de reconocer los méritos del adversario para añadir que su programa le parecía mejor y exponer este desde el principio. Nixon quería desacreditar a Kennedy como inexperto y cuando llegó a las propuestas estaba ya sudando...
http://www.abc.es/20080222/opinion-firmas/espera-debates_200802220249.html
viernes, febrero 22, 2008
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