lunes 18 de febrero de 2008
Sólo vemos lo que queremos
ÁGATA SILVÁN
Harry Potter es, en mi opinión, una de las más completas novelas de fantasía que se han escrito. También es una de las que más ha emocionado con sus sucesivas entregas. Vivimos en un mundo en que es difícil emocionar y sorprender con algo realmente creativo. Para la gente de mi edad ha sido una puerta a la fantasía. Su magia ha conseguido sentar a muchas chicas y chicos como yo en un sofá, alejándonos por momentos del mundo tecnológico que nos envuelve.
Empecé a leer Harry Potter y la piedra filosofal con tan sólo once años, y fue el primer libro «importante» de fantasía que leí. El hecho de que unos niños pudieran estudiar magia, pronunciar encantamientos, lanzar hechizos o volar en sus escobas me pareció algo realmente impresionante, especialmente si se piensa que todo sucede en un Londres cercano al contemporáneo. En otros libros fantásticos, el autor crea un mundo alternativo, en el que pueden suceder cosas inverosímiles. Sin embargo, en éste, la acción se presenta en nuestro planeta, de manera que las personas que desconocen la magia no sospechen absolutamente nada. Ésta es, en mi opinión, la forma que tuvo la autora de advertirnos de la ingenuidad de los seres humanos, y es que vemos sólo lo que queremos ver.
La magia siguió su curso en La cámara secreta, y alumbró un interesante libro, aunque no tanto como el primero. Me gustó mucho la figura del basilisco, una criatura capaz de matar con mirarte directamente a los ojos. Casi pude imaginarme su penetrante mirada gracias a la excelente descripción de la autora. El personaje del padrino de Harry, Sirius Black, en la tercera entrega de la serie, me fascinó por el hecho de tener la habilidad de poder transformarse en perro, a su antojo. Y otro aspecto que me gustó de este libro fueron los dementores, seres que se alimentan de tus recuerdos felices, de tus alegrías, dejándote con las peores experiencias y pensamientos. Me resulta muy humano ese miedo al pasado que tanto puede frenarnos a la hora de tomar decisiones.
Pero como «todos los niños crecen menos uno- dijo Peter Pan», tanto Harry como sus amigos empiezan a pensar en otras cosas además de la magia. El libro del Cáliz de fuego fue uno de mis preferidos. La competición lo hizo muy interesante, y las sorprendentes pruebas del campeonato incrementaron en mí el nerviosismo de querer llegar al final.
Pienso que desde Harry Potter y la orden del Fénix hasta Harry Potter y las reliquias de la muerte la obra empieza a perder fuerza. Es como si la autora hubiera decidido darse prisa en sacar los libros, o no los hubiera escrito con el mismo entusiasmo que los primeros. Con esto no quiero decir que estas otras novelas fuesen peores. De hecho a mí me hechizaron igual, y como pasa con la mayoría de las obras de Rowling, no pude parar de leer hasta la última palabra. Autores como ella me han inspirado a empezar a escribir.
http://www.abc.es/20080218/opinion-firmas/solo-vemos-queremos_200802180251.html
lunes, febrero 18, 2008
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