domingo, octubre 28, 2007

Rajoy reafirma su alternativa

domingo 28 de octubre de 2007
Rajoy reafirma su alternativa
EL multitudinario acto que el Partido Popular celebró ayer en Valencia para oficializar la proclamación de Mariano Rajoy como candidato a la presidencia del Gobierno fue mucho más que una mera declaración de intenciones. Supuso la reafirmación del proyecto político del Partido Popular como una alternativa sólida y fiable frente a la gestión realizada en los últimos cuatro años por José Luis Rodríguez Zapatero, caracterizada por la cesión constante al chantaje nacionalista, por fomentar la desunión y el rencor entre los españoles, por un inasumible «proceso de paz» que ha mancillado la memoria de las víctimas y, en definitiva, por una ruptura del espíritu de la Transición y del consenso constitucional que tantos frutos ha dado a España. Precisamente por eso, el principal compromiso que Mariano Rajoy aspira a contraer con los españoles si gana las elecciones generales es el de «forjar un nuevo consenso, con mayúsculas, que abra una nueva etapa de estabilidad, progreso y bienestar para el conjunto de la sociedad española».
El mensaje conciliador y basado en el sentido común que Rajoy transmite a la sociedad adquiere así un significado que va más allá de la pura retórica. Cuando argumenta que su objetivo es forjar un «nuevo consenso», lo hace en la conciencia de que el desprecio que los socialistas han mostrado por los consensos hasta ahora vigentes ha producido una fractura social de magnitud, y de muy compleja reparación, que ha situado a los españoles en una encrucijada de desconfianza en las instituciones y de incertidumbre ante el futuro. Por tanto, se hace imprescindible suturar las profundas heridas que el PSOE ha abierto de modo tan irresponsable como innecesario durante la legislatura. Frente a la discordia con que los socialistas han impregnado su manera de ejercer el poder, Rajoy opone un programa realista, «de moderación y tranquilidad» -así lo definió-, cuya prioridad será recomponer los añicos del proyecto revisionista y perturbador para la convivencia encarnado por Zapatero.
Nunca como hasta ahora el partido que había vencido en sus primeras elecciones generales se presentaba en las siguientes tan igualado como su oponente en cuanto a expectativas de triunfo. En cuatro años, el PSOE, que alcanzó el poder en medio de la convulsión causada por el atentado más brutal de nuestra historia, no se ha despegado del PP ni ha logrado su principal objetivo: aislar a este partido como si fuera un reducto extremista incapaz de asimilar la «España plural» y moderna a la que Zapatero sí dice representar. Lo cierto es que Rajoy, mezclando indudables aciertos con llamativos errores como líder de la oposición, ha conseguido presentarse ante el electorado sin estar vencido de antemano. Por el contrario, el PSOE ha dilapidado con una gestión negligente, y demasiadas veces improvisada, buena parte del patrimonio político que heredó de Gobiernos anteriores. Desde esta perspectiva, no debe resultar incompatible la pretensión de Rajoy de recuperar un proyecto nacional en el que los españoles no tengan que avergonzarse de sus señas de identidad o de sus símbolos, con su intención de pedir el voto a los socialistas arrepentidos de haber confiado en Zapatero. De hecho, el Partido Popular cuenta con un discurso coherente y convincente que comparten muchos miles de ciudadanos progresistas, según el cual «la unidad de España no puede romperse por quienes no quieren saber nada de ella».
No obstante, el PP ha de tomar conciencia de que las elecciones no sólo se ganan rentabilizando los errores ajenos. Rajoy no sólo no debe soslayar los errores propios -de los que debe tomar buena nota para corregirlos-, sino consolidar en los meses que restan hasta marzo un proyecto configurado por propuestas creíbles y equipos solventes, alejado del personalismo que define al PSOE de Zapatero. De hecho, uno de los retos que Rajoy tiene ante sí es reafirmar su liderazgo social -su talón de Aquiles en términos de imagen pública- para que su mensaje gane en eficacia y sus propuestas calen, especialmente entre la bolsa de votantes defraudados que hoy se inclinan por la abstención.

http://www.abc.es/20071028/opinion-editorial/rajoy-reafirma-alternativa_200710280248.html

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