lunes, octubre 15, 2007

Manuel Alcantara, Riesgos laborales

Riesgos laborales
15.10.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

Así como hay gente a la que le gusta tanto la guerra que no vuelve de ella, hay personas tan amantes del trabajo que no regresan a sus casas después de realizar su jornada laboral. En los siete primeros meses del año han muerto en España 681 personas mientras trabajaban para ganarse la vida. Cuando nos enteramos de estos datos nos entra un escalofrío que dura aproximadamente lo que dura el aire que provoca pasar a la página siguiente del periódico donde leemos la noticia. Si nos conmovieran las estadísticas estaríamos llorando unas cuantas horas al día, y la verdad es que todos tenemos otras cosas que hacer. Por otra parte, las cifras sólo son alarmantes en dos casos: cuando las leemos y cuando somos capaces de alarmarnos.España ostenta el liderazgo europeo en siniestralidad laboral. No es la única cosa en la que vamos en cabeza. También superamos a los demás países continentales en asesores del señor presidente del Gobierno y en la venta de mecheros para quemar banderas. La cosa tiene tela, pero no me refería ahora a la que arde en las enseñas nacionales, sino a la que se emplea en los sudarios. ¿Cómo es posible que sigamos dando una media de mil muertos al año por accidentes de trabajo, dada la cantidad de parados que seguimos teniendo? Los que se dedican a prevenirlos, que es una profesión bastante segura, dicen que el número podría reducirse si hubiera más inspectores de trabajo. Inspeccionar a los que curran siempre es menos arriesgado que currar. Ya lo decía Bertrand Russell: sólo existen dos clases de trabajo, cambiar las cosas sobre la superficie de la tierra o bien ordenar que eso lo hagan otros. El que se cae de un andamio tiene grandes probabilidades de matarse, pero un asesor de Zapatero, o de cualquier presidente autonómico, sólo afronta el riesgo de que lo pongan a caer de un burro por el sueldo que cobra. Y si se resbala vuelve a subirse.

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