martes, octubre 23, 2007

Manuel Alcantara, Los de fuera

Los de fuera
24.10.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

Hemos llegado a ser un país tan cosmopolita que a nadie puede extrañarle que un taxista argentino muera apuñalado por un negro de África tropical. Del luctuoso suceso no debe desprenderse la conclusión de que un taxista negro no pueda ser apuñalado por un argentino, ni de que ambos no puedan sucumbir a manos de un transeúnte español, pero estas cosas hacen que se ponga de actualidad la palabra xenofobia, que no ha perdido su vigencia desde Pericles, aunque hayan transcurrido algunos siglos desde el suyo. El diccionario define el término xenofobia como «odio, repugnancia y hostilidad hacia los extranjeros». Quizá debiera añadir, pero una cosa es nombrar y otra opinar, que ese tenebroso sentimiento sólo lo provocan los extranjeros pobres. Si viene un negro en una patera procuramos devolverlo cuanto antes a su país de origen, pero si llega Pelé le pedimos un autógrafo, además de pedirle que prolongue su residencia entre nosotros.Para ser considerado verdaderamente extranjero hay que demostrar anteriormente la condición de pobre. El dinero es una nacionalidad. Ahora en Europa corren vientos xenófobos y el aire se está llevando las hojas de los evangelios cristianos que han resistido algunas desencuadernaciones del catolicismo. En Suiza, la ultraderecha xenófoba acaba de confirmar su esperado triunfo en las legislativas. Los suizos no desean compartir el privilegio de serlo con nadie, ya que bastante les ha costado conseguirlo. La verdad es que a todos nos hubiera gustado ser suizos amateurs. Según Jardiel Poncela, allí se desayuna con un bollo que acompaña al café con leche, al que llaman «un español». La historia siempre ha dependido de la geografía y es tal la desigualdad entre los distintos países continentales que hablar de la Unión Europea es todavía un sueño. Aquí somos los de dentro y los de fuera.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071024/opinion/fuera-20071024.html

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