sábado, octubre 20, 2007

Luis del Pino, Razon de anti-Estado

Razón de anti-Estado
20 de Octubre de 2007 - 22:27:48 - Luis del Pino
Norberto Bobbio fue un filósofo del derecho e historiador italiano nacido en 1909 y fallecido el 9 de enero de 2004. Miembro de la resistencia anti-fascista, fue encarcelado por Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. Ideológicamente, era un socialista liberal, acérrimo defensor del imperio de la Ley y de la separación de poderes. Nombrado senador vitalicio en 1979 por el presidente italiano Sandro Pertini, Bobbio fue en su momento uno de los más fervientes partidarios del "compromiso histórico" entre el Partido Comunista y la Democracia Cristiana en Italia, y en la última etapa de su vida fue también uno de los más feroces críticos de Silvio Berlusconi.
En su obra "El futuro de la democracia" (1984), que fue publicada en Estados Unidos con el descriptivo subtítulo de "En defensa de las reglas del juego", Norberto Bobbio analiza con sencillez varios de los problemas a los que, a su juicio, se enfrentan las democracias actuales. Una de las partes del libro lleva el sugerente título "La democracia y el poder invisible" y en él hay una cita enormemente relevante que quiero reproducir aquí.
En ese pasaje, Bobbio hace referencia al atentado de Piazza Fontana, cometido en Milán el 12 de diciembre de 1969. El atentado, en el que murieron 16 personas y más de 90 resultaron heridas, fue llevado a cabo por grupos de extrema derecha que tenían conexiones (las cuales nunca fueron aclaradas) con los propios servicios secretos italianos. La intención original era que el atentado se atribuyera a elementos anarquistas, como así fue.
A raíz del atentado se practicaron numerosas detenciones de anarquistas, uno de los cuales (Giuseppe Pinelli) murió al caer desde el cuarto piso de la comisaría donde estaba prestando declaración. Otro anarquista, Pietro Valpreda, permaneció en prisión provisional tres años, antes de ser finalmente liberado cuando las investigaciones se centraron en una serie de militantes de grupos neofascistas. Treinta y ocho años después de la matanza, los coletazos judiciales del caso aún no han concluido y sigue sin saberse con detalle qué fue lo que pasó.
Éste es el pasaje que Norberto Bobbio escribía quince años después del atentado:
Llamo "criptogobierno" al conjunto de los hechos o acciones realizados por fuerzas políticas subversivas que actúan en la sombra en conexión con los servicios secretos o con una parte de éstos, o que por lo menos no son obstaculizados por los mismos. El primer episodio de este tipo, en la reciente historia de Italia, fue indudablemente la matanza de Piazza Fontana. Pese al largo proceso judicial, que se desarrolló en varias fases y direcciones, el misterio no ha sido desvelado, la verdad no ha sido descubierta, las tinieblas no han sido aclaradas... No hago conjeturas, no adelanto ninguna hipótesis. Me limito a recordar la sospecha que quedó, tras la conclusión del proceso, de que el secreto de Estado sirvió para proteger el secreto del anti-Estado. Me remonto a la matanza de Piazza Fontana... porque la degeneración del sistema democrático italiano empezó allí, o sea, en el momento en que un 'arcanum', en el sentido más apropiado del término, entró, imprevisto e imprevisible, en la vida colectiva italiana, la trastornó, y fue seguido por episodios no menos graves y que quedaron igualmente oscuros. La mayoría de los hombres tiene la memoria débil cuando no se trata de las heridas propias. Sin embargo, debe haber alguien que asuma el cometido de representar la memoria colectiva y, en consecuencia, no descuidar nada que nos ayude a comprender.
Al atentado de Piazza Fontana, que nunca llegó a ser aclarado, y precisamente por eso, le siguieron otros atentados similares, como el de la Piazza della Loggia o el atentado contra la estación de tren de Bolonia, en el que murieron 85 personas y resultaron heridas más de 200. En el juicio de este último atentado se condenó a dos militantes de la extrema derecha por la masacre y se condenó también a dos miembros del servicio secreto italiano y a Licio Gelli, jefe de la logia P2, por falsificación de pruebas.
¿Seguirá España la misma senda que Italia, esa senda de protección del anti-Estado que denunciaba Bobbio? La respuesta, el día 31 de octubre.

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