miércoles, octubre 03, 2007

Lorenzo Contreras, ¿ZP, español universal?

miercoles 3 de octubre de 2007
¿ZP, español universal? Lorenzo Contreras

ETA se ha empeñado en canonizar a ZP como un españolista sacrosanto, definiéndole como un sujeto que, en lugar de haber sido engañado y estafado por la banda con su última falsa tregua y con sus correspondientes falaces negociaciones, coronadas por el atentado de Barajas y otros sucesivos desmanes, resulta ser a estas alturas un estafador capaz de engañar a la propia organización terrorista. Esta actitud de la banda favorece electoralmente al líder socialista, que debe a estas alturas estar felicitándose de que tales interpretaciones etarras se produzcan.
El zutabe número 112 de ETA puntualiza que “después de que el Gobierno español, por un lado, y el PNV por otro, se negaran a aceptar un marco democrático para Euskal Herria, se ha abierto una nueva fase de enfrentamiento”.
Pero el enfrentamiento, que como todos ellos siempre es cosa de dos, encuentra en ETA el principal agente provocador y determinante. ETA, por su propia conveniencia coyuntural, ha decidido no cumplir los pactos y acuerdos establecidos con el Gobierno subterráneamente, y ahora, en el zutabe mencionado, dice que Zapatero suscribió un acuerdo con ETA sin ninguna voluntad de cumplirlo y con el objetivo de llevar a la organización a un proceso de rendición para desactivar la lucha independentista.
Esta circunstancia, según ETA, le ha inducido a “reabrir todos los frentes” y abrir una nueva fase de enfrentamientos con España siempre en nombre de la llamada Euskal Herria.
Por supuesto, el mundo etarra acusa también al PNV de haber traicionado nuevamente a Euskal Herria, por intereses económicos concretos y bajo el mandato de Imaz y de Urkullu, dejando sola a la izquierda abertzale. Lo que interesa subrayar ahora es que ETA está haciendo con Zapatero algo que éste no habría imaginado: ponerse en condiciones de que alguien le declare “español del año” a poco que se descuide. Pero se descuidará.
En estas estamos cuando el nuevo arzobispo de Pamplona, monseñor Pérez González, de origen castrense por cierto, afirma que el nacionalismo sólo es mal cuando se radicaliza. Donosa ingenuidad, por lo menos en apariencia. Porque no hay nacionalismo que no sea “genéticamente” radical, sopena de dejar de serlo. Este sucesor de monseñor Sebastián tachado de “nefando españolismo” aspira tal vez a no ser llamado “un tal Pérez González”, para no parecerse a “un tal Blázquez”, como describió Arzalluz al arzobispo de Bilbao en cuanto aterrizó en el Botxo, hace pocos años.
En esto el lehendakari resucita el antiguo Plan Ibarretxe convirtiéndolo en un Plan Ibarretxe bis, de cuyo éxito, en un eventual y muy problemático referéndum vasco, depende la propia supervivencia política del jefe del Ejecutivo de Vitoria.
La situación se complica con el plante del Rey en Oviedo, donde ha venido a preguntar: “¿Qué hay de lo mío?”. El Rey reclama su parte en los 30 años de democracia. Y los primeros que se han apresurado a responderle que tiene los derechos han sido precisamente los socialistas zapateristas, que tanto han contribuido con su republicanismo interesado a remover los rescoldos del antimonarquismo subyacente.
Mejor lo ha expresado el propio Zapatero cuando ha dicho ojalá los 30 años de democracia parlamentaria se conviertan en 30 veces 30 años. Es una manera indirecta de elogiar los años de reinado de Don Juan Carlos. Pero la verdad es que ZP no se ha mostrado demasiado explícito a la hora de concretar méritos. El presidente, en cambio, pasa por ser un patriota español irreprochable.

No hay comentarios: