miércoles, octubre 24, 2007

Kepa Aulestia, Contracorriente

Contracorriente (KEPA AULESTIA)
25.10.2007 -

El resultado de la encuesta realizada por el Gobierno vasco recabando el parecer de los entrevistados sobre distintos aspectos de la 'hoja de ruta' de Ibarretxe era previsible porque las respuestas vienen inducidas por las preguntas. Como si cada epígrafe, afirmación y corolario presente en el discurso del lehendakari contase con su correspondiente ítem demoscópico. Por ejemplo, nadie en su sano juicio estaría en contra de que los gobiernos vasco y español busquen soluciones al conflicto vasco. La utilización de referencias evanescentes, formulaciones idealizadas e interrogantes propicios a la obviedad en los sondeos despierta inmediatamente el espíritu más genuino de los vascos: el bienquedismo. El secreto está en orientar las preguntas hacia el ámbito de las legitimidades. Preguntar sobre lo mejor, y no sobre lo bueno. Someter a escrutinio la quimera antes que la realidad. Lo hipotético antes que lo posible. Lo apetecible antes que lo acertado. Así es como las propias preguntas contribuyen a dibujar una democracia de vascos y vascas tendente a eludir la existencia de leyes, convenciones y, por tanto, de españoles y españolas. Una de las cuestiones más cruciales planteadas por la encuesta es si «no se deben hacer propuestas mientras ETA no declare una tregua» o si, por el contrario, «hay que intentar resolver el problema político sin esperar a que ETA declare una tregua». Un 26% de los entrevistados se inclina por la primera proposición, mientras que llegan al 58% quienes muestran su coincidencia con la segunda. Sin duda, también esta vez la pregunta sitúa el problema más en el terreno de los principios, del deber y de la voluntad, que en el de la experiencia acumulada hasta la fecha. Si hiciésemos abstracción de ésta última, nadie podría argumentar que, por principio, no cabe avanzar una propuesta de consulta habilitadora mientras persista el terror. Pero es precisamente el conocimiento que tenemos de ETA, de su carácter, de sus nutrientes y de su poder para alienar todo cuanto toca lo que hace de tal propuesta una iniciativa más que inconveniente. Lo dijo anteayer Ardanza: «Mientras ETA siga activa, cualquier propuesta, por democrática que sea, que se mueva en el espacio que el discurso violento de ETA ha ocupado, estará condenada al fracaso». Eso de gobernar a golpe de encuestas puede ser algo ineludible para quienes lideran las instituciones en las sociedades abiertas. Pero convendría que los sondeos no los diseñaran los propios gobernantes. Mucho menos cuando ni siquiera tratan de cuestiones de gobierno, sino que pretenden convalidar afirmaciones y consideraciones difíciles de rebatir por los encuestados cuando se formulan en el terreno de una legitimidad abstracta.k.aulestia@diario-elcorreo.com

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071025/opinion/contracorriente-kepa-aulestia-20071025.html

No hay comentarios: