domingo, octubre 28, 2007

Israel endurece su castigo a Gaza

domingo 28 de octubre de 2007
Israel endurece su castigo a Gaza
TODOS los gestos en el conflicto de Oriente Próximo cuentan. Que Hamás lance cohetes «Kasam» contra la población civil israelí no puede considerarse una acción que contribuya a la estabilidad, como tampoco lo es la decisión del Gobierno judío de contestar a esas agresiones con cortes de electricidad y con restricciones del suministro de combustible, que no harán sino causar más penurias -también indiscriminadamente- a la población de la franja de Gaza. Una y otra acción confirman de distintas maneras que la base de este conflicto reside en gran medida en la ausencia de consideraciones humanitarias por parte de los principales responsables tanto israelíes como palestinos.
A nadie se le escapa que los dirigentes del grupo extremista Hamás se encuentran en abierta rebeldía tanto contra los israelíes como contra la autoridad palestina que representa Abu Mazen. Pero ello no debe servir como coartada para que la respuesta de Israel a las acciones criminales de Hamás se ampare en una injusta presunción de culpabilidad generalizada contra miles de civiles de Gaza. Esa gente, a la que ya nadie sabe qué torbellino de la historia ha confinado en esa banda de terreno medio estéril de la que no está en sus manos ni salir ni entrar, son pese a todo seres humanos, igual de humanos que los ciudadanos a los que las autoridades israelíes afirman querer defender ejerciendo derechos que la comunidad internacional considera legítimos.
En apenas un mes se celebrará la esperada reunión de Anápolis, en la que -bajo los auspicios de Estados Unidos- israelíes y palestinos volverán a intentar por enésima vez ponerse de acuerdo. Aunque el Gobierno hebreo ha matizado en parte el alcance de sus medidas de represalia, la verdad es que la actitud con la que afronta los ataques que recibe desde Gaza da a entender claramente que ningún acuerdo al que se llegue en la reunión va a servir para resolver nada con Hamás. En el mejor de los casos, si se firmase la paz entre Abas e Israel, seguiría habiendo un frente abierto en Gaza. Si el acuerdo se produjese, y eso es algo que están esperando no solamente los protagonistas directos del conflicto, sino también -y con un interés enorme- Estados Unidos y la Unión Europea, quedarían todavía muchos cohetes «Kasam». Sin embargo, sería más fácil preparar el terreno para abrir las puertas, con otros métodos menos inhumanos que el estrangulamiento energético, a la implicación futura de los palestinos de Gaza en la pacificación del conflicto.
La violencia no ha servido hasta ahora a ninguna de las partes del conflicto. Ni a los israelíes, cuyo derecho a la autodefensa no es discutible, ni a los palestinos, que han optado por el errado camino de la violencia, y a quienes la comunidad internacional ha calificado con razón de terroristas. En Oriente Próximo ya no puede haber más justicia que la paz, y la paz sólo puede llegar cuando todos miren al prójimo sabiendo que también es un ser humano.
http://www.abc.es/20071028/opinion-editorial/israel-endurece-castigo-gaza_200710280250.html

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