Hay motivo

28-X-2007
Hay motivo
Diversos grupos de ciudadanos han convocado una manifestación contra el caos del AVE para el lunes 29 de octubre a las ocho de la tarde en la emblemática Plaza Sant Jaume de Barcelona

Hartos de la constante burla del Ministerio de Fomento y de las disparatas ocurrencias del Presidente del Gobierno, quien el pasado decidía de forma arbitraria rescindir el contrato con la constructora OHL para rectificar dos días después, diversos grupos de ciudadanos han convocado una manifestación contra el caos del AVE para el lunes 29 de octubre a las ocho de la tarde en la emblemática Plaza Sant Jaume de Barcelona. La protesta, que cuenta con el apoyo del Partido Popular y de las asociaciones de afectados por el fiasco de la Alta Velocidad, se ha conocido a través del boca a boca de los mensajes escritos enviados desde teléfonos móviles. Como es habitual cuando la tan cacareada democracia participativa no juega a su favor, ni el tripartito ni los medios de comunicación afines al Gobierno se han hecho eco de la misma.

No es ésta la primera vez que los catalanes, saturados de incompetencia en la gestión de la red de transportes de su comunidad autónoma, se lanzan a la calle para expresar su descontento contra la ministra Magdalena Álvarez y sus socios del PSC, ER y IC, cuyas quejas contra el Gobierno de España no pasan de ser puro teatro. El viernes, los concejales de estos grupos en el ayuntamiento de Barcelona votaban en contra de una resolución solicitando la dimisión de la señora Álvarez. ¡Qué fácil resulta para algunos envolverse en la bandera de Cataluña para practicar el victimismo y la exclusión, y qué difícil velar por la seguridad y el bienestar de la ciudadanía a la que dicen representar!

Tras un año de retrasos en sus trenes, los catalanes y los numerosos turistas que visitan la ciudad de Barcelona y el litoral se enfrentan a unas circunstancias que por desgracia no cabe calificar sino de tercermundista: líneas de tren suspendidas sine die, peligrosas grietas causadas por las obras en cientos de viviendas, accidentes y derrumbamientos por doquier y un Gobierno que juega a la trampa y a la ocultación como si de una vulgar cuadrilla de fulleros se tratase. No será con sonrisas ni a golpe de teléfono y de autodeterminación como esta situación, una auténtica emergencia nacional, se resuelva.

El caos barcelonés representa a la perfección los males de una legislatura caracterizada por la ineficacia, el abandono absoluto del interés general en aras de no sé sabe qué proyecto de refundación de España, y la creación de conflictos artificiales que sólo crean enfrentamientos estériles entre los españoles. Mucho nos tememos que poco se pueda hacer a estas alturas para devolver a corto plazo la normalidad a las ciento de miles de vidas afectas por el caos del transporte férreo en Cataluña. Sin embargo, ante la tozudez de Rodríguez Zapatero, empeñado en mantener en el cargo a la inútil Magdalena Álvarez con la mal disimulada complicidad del tripartito, a los sufridos barceloneses les quedan dos respuestas, una el lunes por la tarde en Sant Jaume, otra el próximo mes de marzo ante las urnas. De poco servirá la primera sin la segunda. La memoria es la madre de la sabiduría, la desmemoria sólo engendra error.


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