lunes, octubre 15, 2007

Dolor e investigacion

Dolor e investigación
16.10.2007 -

El repentino fallecimiento de Jessica Urizar mientras se hallaba en un albergue de la localidad barcelonesa de Cabrera de Mar, lejos de su hogar en el País Vasco, ha sumido en un dolor inconsolable a su familia, a sus amigos -personificados en esa fiel Maider que la acompañó en su agonía- y a todo el pueblo de Kortezubi. Las circunstancias de la muerte de la niña de sólo 11 años han impresionado, además, a una ciudadanía que, después de mostrar sincera tristeza y solidaridad, sólo puede afrontar un suceso tan cruel planteándose preguntas. Y las respuestas todavía tardarán en llegar, porque el «expediente de investigación» abierto por la Generalitat requerirá tiempo. Con todo, la cautela a la hora de abordar el asunto que ayer reclamó la consellera catalana de Salud, Marina Geli, deberá recibir como contrapartida todo el celo y la celeridad que exige el esclarecimiento de un caso tan desgraciado en el que, al final, será la Justicia la que tendrá que delimitar responsabilidades, si las hubiera. Mientras el juzgado de Mataró y la familia reciben los resultados de la autopsia y se concluyen las pruebas necesarias para conocer de qué murió Jessica Urizar, no pueden dejar de destacarse algunos aspectos que mueven a la sorpresa y a la preocupación. La investigación abierta no sólo deberá valorar la atención médica que la pequeña recibió en un dispensario y en un centro de asistencia primaria; además, tendrá que enjuiciar la idoneidad de una gestión de servicios sanitarios que mantenía ambulancias sin médico en la comarca del Maresme desde hace meses; y explicar por qué la menor, con persistente dolor abdominal y vómitos, no fue trasladada al hospital de Mataró, cercano al albergue. El triste final de Jessica demanda revisar el estado de una sanidad que desarrolla su imprescindible actividad en un ámbito de prosperidad y descentralización pero, en ocasiones -y no sólo en Cataluña-, tiene dificultades para trasladar a sus usuarios la tranquilidad de contar con una atención verdaderamente humana.

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