miercoles 8 de septiembre de 2010
La Tercera Guerra Mundial ha empezado
Francisco Rubiales
Periodista Digital
(este articulo se escribio el 1 Septiembre 2010)
La Tercera Guerra Mundial ha empezado y enfrenta ya, en muchos países, a ciudadanos libres contra partidos políticos y gobiernos abusivos, corruptos e ineficaces.
Somos muchos los que creíamos, desde hace muchos años, que la Tercera Guerra Mundial enfrentaría a los ciudadanos libres contra los partidos políticos y los gobiernos abusivos, corruptos e ineficaces que tienen que soportar contra su voluntad. No la imaginábamos como una guerra clásica, sino como una "rebelión mundial" cívica contra opresores y sátrapas más o menos hipócritas y travestidos de demócratas. Pues bien, esa guerra ya ha conmenzado y, efectivamente, enfrenta a los ciudadanos libres y demócratas con los partidos políticos y gobiernos que vulneran las reglas de la democracia, son ineficaces, abusan del poder, esclavizan al ciudadano y contaminan de corrupción a la sociedad.
Por el momento, esa guerra se mantiene en una etapa de baja intensidad, ignorada por la mayoría de los ciudadanos, pero ya se han librado las primeras batallas y el conflicto, sin duda, seguirá incrementando su intensidad constantemente, durante toda la primera mitad del siglo XX, hasta que, a mediados del presente siglo, aproximadamente, los ciudadanos alcancen una victoria casi completa, logrando que la democracia sea reformada en buena parte del planeta y esa política actual dominante, basada en el privilegio de los que mandan y en la primacía de los intereses de los partidos sobre el bien común, sea arrojada al lugar que merece: el basurero de la Historia.
Por desgracia, no todos los ciudadanos están en el bando rebelde. Hay multitudes de esclavos sometidos que apoyan a las castas políticas y traicionan a la ciudadanía. Si usted quiere saber en qué bando está, sepa que el principal rasgo común de los ciudadanos libres y rebeldes es que son gente insatisfecha. Si se siente indignado ante el comportamiento de los políticos y los privilegios injustos de la "casta", entonces milita en el bando de la ciudadanía libre y la democracia. Si le parecen tolerables y admisibles la corrupción, la arbitrariedad, el abuso y la ineficacia del poder político, entonces usted está sometido, al servicio del poder y en contra de la rebeldía ciudadana, de la democracia y la decencia. Es así de sencillo.
El derecho a rebelarse contra los gobiernos inicuos ha quedado reconocido por la inmensa mayoría de los pensadores políticos a lo largo de la Historia, entre los que destaca el filósofo Jonh Locke, y por miles de textos, algunos tan prestigiosos como la Constitución de los Estados Unidos de América.
Ante la rebeldía de los ciudadanos que ya no estamos dispuestos a seguir tolerando el abuso y la ineficacia de las castas gobernantes, los partidos políticos, que se sienten amenazados, tienen que elegir entre tres opciones:
La primera consiste en abandonar el abuso, asumir la legalidad y retornar a una democracia de hombres y mujeres libres, férreamente controlada por la ciudadanía, donde los gobiernos y los partidos quedarán con sus poderes muy limitados y sometidos a la inexorable tutela del ciudadano, que es el soberano del sistema y el único que otorga o quita legitimidad al poder político.
La segunda opción consiste en refugiarse en el "Estado Matón", donde la casta política utiliza todos los recursos del Estado para mantenerse en el poder sin renunciar a sus privilegios y a la política inmoral, abusiva y anticiudadana que despliegan, utilizando, incluso, el miedo, la violencia y el asesinato para doblegar a los ciudadanos y controlar el poder.
La tercera opción es la del "Estado Cínico", donde los gobernantes inicuos utilizan el engaño, la mentira, la falsa sonrisa y, sobretodo, el dinero público para mantener en el poder, controlar a los ciudadanos y mantener vigente sus democracia degradadas por la corrupción, el abuso de poder, los privilegios de la "casta" política y la ausencia de ciudadanos, debate y controles democráticos.
La primera opción será la que triunfe, después de intensos, aunque incruentos debates y reflexiones colectivas, en los países más avanzados y democráticos del mundo actual, donde sus gobernantes entenderán, sin oponer demasiada resistencia, que los ciudadanos libres y honrados tienen razón al querer imponer una democracia más auténtica y limpia.
La segunda opción es la que están adoptando hoy las castas políticas más antidemocráticas, despreciables y obtusas, a las que no les tiembla el pulso a la hora de aplastar a sus propios ciudadanos antes que admitir reformas que limiten sus privilegios y dominio ilegítimo. El venezolano Hugo Chávez, los hermanos Castro, en Cuba, y la banda comunista que gobierna el gigante chino son los máximos exponentes mundiales, junto con regímenes como los de Irán, Siria y otros totalitarios, del "Estado Matón" que utiliza sus recursos y armas contra su propio pueblo.
La tercera opción, más sutil, pero con el mismo hedor totalitario e igualmente antidemocrática, prefiere utilizar otros recursos para reprimir, confundir, desorientar, enfrentar y castrar a sus propios pueblos, manteniendo el poder corrupto, abusivo e ineficiente gracias al auxilio del engaño, la mentira, la sonrisa, el control de los medios de comunicación y de la propaganda y, sobre todo, el dinero público, que gasta a manos llenas para incrementar sus privilegios, para comprar voluntades y para apuntalar su poder clientelar. El español José Luis Rodríguez Zapatero es el máximo exponente mundial del "Estado Cínico", portador la más sutil, peligrosa y anticiudadana estrategia de lucha, capaz de engañar a muchos ciudadanos que, víctimas de las sonrisas, los engaños y la brutal propaganda, no perciben la corrupción, el mal gobierno, la perversión del sistema democrático y el despiadado dominio de los hombres y mujeres libres que encierra el cinismo.
Curiosamente, los partidarios del cinismo y los que optan por el "Estado Matón" suelen ser amigos y aliados, conscientes de que luchan contra el mismo adversario, que es la libertad, la verdadera democracia y la participación del ciudadano en una la política que ellos quieren mantener, a toda costa, como monopolio. Así se explican fenómenos que para algunos ilusos insconcientes son inexplicables, como la distancia, cada vez mayor, que separa al actual gobierno de España de democracias europeas como las de Alemania, Francia e Inglaterra y la estrecha amistad y cooperación del teóricamente democrático gobierno español de Zapatero con tiranos y sátrapas mundiales como los hermanos Castro, Hugo Chávez, el sultán de Marruecos, lo dirigentes comunistas chinos y muchos otros.
Voto en Blanco
http://www.libertadidioma.com/20100901.htm
miércoles, septiembre 08, 2010
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